Se unió a la Flota del Mediterráneo tras el inicio de la segunda guerra ítalo-etíope.
Su pérdida tuvo un efecto profundo en los británicos, y el primer ministro Winston Churchill ordenó a su Armada «hundir al Bismarck», cosa que consiguieron tres días después.
La Real Armada Británica llevó a cabo dos investigaciones para aclarar las causas de la súbita desaparición del crucero.
Aunque mucho más completa que la primera investigación, la segunda llegó a la misma conclusión.
El HMS Hood poseía un único timón en la línea de crujía del tipo compensado.
Durante el inicio de la Segunda Guerra Mundial, estuvo destinado en la Home Fleet, en aguas metropolitanas británicas.
Tras unas breves obras en las que se desembarcó la artillería secundaria, fue destinado, en junio de 1940, a la Fuerza H, con base en Gibraltar.
El capitán Ralph Kerr era el comandante del HMS Hood desde febrero de ese mismo año.
El Hood zarpó junto al nuevo acorazado HMS Prince of Wales y un destacamento de destructores.
La agrupación británica navegó a toda velocidad en silencio radial hacia la salida sur del Estrecho.
A las 5:53, al mando del vicealmirante Lancelot Ernest Holland, el Hood y el Prince of Wales abrieron fuego con sus torres delanteras a una distancia de 25 km, empeñando desde larga distancia el combate, este sería el segundo error táctico, porque se tradujo en la inmediata respuesta contenida de los alemanes(Los telémetros ópticos alemanes eran más modernos, precisos y eficientes que el obsoleto equipamiento óptico de coincidencia que usaban los ingleses).
Las salvas británicas cayeron largas y bien agrupadas a estribor de la formación alemana.
Holland intentó rápidamente cerrar distancias a la máxima velocidad para evitar los mortales tiros en caída vertical.
Las primeras salvas alemanas cayeron largas muy cerca del HMS Hood a 300 m de su babor.
Para ese entonces, el Hood ya estaba centrado por la telemetría alemana, a continuación, se dispararon 5 salvas rápidas.
A las 6:01, a 7 min de comenzado el combate y cuando ya podía emplazar las torres de popa para hacer una salva artillera completa y oponer su blindaje lateral, ocurrió el tiro fatal.
Finalmente, sólo se salvaron tres marineros, Albert Ted Briggs, William Dundas y Robert (Lofty) Tilburn, todos estaban en el puente del compás del mástil puente junto al almirante Holland.
Su fin sembró de alegría a la tripulación del Bismarck y al almirante Lütjens.
Esta fue restaurada y entregada a la Armada Real Británica para conmemorar la pérdida de las 1.415 vidas en el mar.