Cristián IV de Dinamarca

Destacó por su carácter resuelto, impetuoso y ambicioso, características que resultarían trágicas para su reino.

Su primera obra destacada al frente del gobierno fue una serie de reformas en la política interior.

Lograda la reorganización del ejército, tuvo su primera experiencia bélica, que le resultaría favorable.

Sus objetivos eran principalmente dos: primero, obtener el control de los grandes ríos alemanes -el Elba y el Weser- como un medio para asegurar el dominio danés en los mares boreales, y segundo, obtener los territorios secularizados de los obispados de Bremen y Verden como herencia para sus hijos menores.

La posesión de una armada superior evitó que Dinamarca sufriera peores dificultades, y en mayo de 1629 Cristián pudo concluir una paz con el emperador en Lübeck, sin ninguna pérdida territorial.

Cristián aceptó públicamente su relación con Vibeke, manteniéndola abiertamente como su amante, con quien tuvo dos hijos.

Suecia mantenía además un pacto con los Países Bajos, lo que servía de contrapeso a la superioridad danesa en el mar.

El ataque, hábil y rápido, paralizó a Dinamarca, pero su gravedad hizo que Cristián trabajara arduamente en la defensa de su reino.

A sus sesenta y seis años, el rey danés demostró una energía inagotable.

Las dos flotas enemigas se encontraron al sureste de la bahía de Kiel, y el soberano danés demostró un heroísmo que aun en la actualidad es loado por el pueblo danés.

Hablaba, además de su idioma madre, alemán, latín, francés e italiano.

Sus biógrafos lo consideran un hombre alegre y hospitalario, al que le gustaba la vida social.

Su carácter era también irritable, apasionado, valeroso y con un fuerte sentido del deber.

Christianía (actual Oslo, refundada después de que la ciudad vieja fue destruida por un incendio), Christianssand y Konningsberg en Noruega.

Glückstadt (fundada como rival de Hamburgo) en Holstein, y Kobbermølle en Schleswig.

Los asentamientos urbanos eran diseñados de acuerdo a los ideales del Renacimiento, con las calles en ángulo recto entre sí.

Remodeló el Castillo de Frederiksborg en un suntuoso palacio renacentista, y Kronborg como fortaleza.

La coronación de Cristián IV. Pintura de Otto Bache (1887).
Estatua de Cristián IV, en Kristiansand, Noruega.
Castillo de Kronborg.
Castillo de Rosenborg, en Copenhague.