Según el politólogo Anders Persson, la construcción del Estado internacionalmente dirigida tiene 3 dimensiones: seguridad, política y economía.
En muchos sitios, como en los Balcanes, Afganistán e Irak, las altas expectativas iniciales de la comunidad internacional no se han cumplido.
En estos países organizados desde arriba hasta abajo se difunde interesada y constantemente la idea de que existe una grave amenaza externa.
[7] Los países de Asia oriental económicamente exitosos han puesto en práctica programas para crear infraestructuras, subvencionar la agricultura, proporcionar crédito, apoyar el gasto en investigación dirigida, e invertir en salud y educación.
Este informe evitó el lenguaje habitual sobre la construcción del Estado a la vez que abordaba temas relacionados.
Entre ambos planteamientos teóricos existe un amplio consenso: no se han aprendido bien las lecciones sobre cómo apoyar la construcción del Estado.
Por ejemplo es extremadamente difícil proporcionar seguridad en un entorno de conflicto, o desarmar, desmovilizar y reintegrar ejércitos exitosamente.
Estos rivales, para someterse al Estado, normalmente negocian una bajada de su carga impositiva, privilegios económicos o políticos.
En su artículo, Douglass North, John Wallis y Barry Weingast ofrecen un marco alternativo -los regímenes (orders) de acceso limitado- para comprender el papel depredador del Estado.
[24] En los regímenes de acceso limitado, la entrada en los sistemas económico y político está restringida para producir rentas que benefician a las élites gobernantes.
Una vez satisfechas todas estas condiciones iniciales, pueden hacerse cambios incrementales para profundizar el régimen de acceso abierto.
Sin embargo, las dos escuelas de pensamiento descritas se centran en el Estado más que en la nación.
El término "nación" habitualmente se refiere a la población misma, en cuanto unida por identidad, historia, cultura y lengua.
El apoyo exterior socava la creación de una relación autosostenida entre gobernantes o dirigentes políticos y la ciudadanía.
[35] Tan ambiciosos objetivos son cuestionables cuando las Naciones Unidas han luchado en conflictos encarnizados como Darfur y la República Democrática del Congo.
[36] Debido a la naturaleza inherentemente política de la construcción del Estado, las intervenciones con este propósito pueden obstaculizar la paz, aumentar las tensiones grupales y extender el conflicto.
[37] La fuerza del consenso que ha emergido «un Estado mínimamente funcional es esencial para mantener la paz» no tiene en cuenta las complicaciones a las que unas escasas inclusión y legitimidad de ese Estado mínimo pueden llevar en el futuro, socavando el proceso entero.
Ahora bien, estas alianzas solo tienen éxito si el acuerdo es mutuamente beneficioso para ambas partes, p. ej.
[40] Pero en 2017 la opinión generalizada es que esa estrategia se ha agotado y los esfuerzos por pacificar el país están fracasando.
Por ejemplo muchas ONG en la República Democrática del Congo construían escuelas sin implicar al Estado.
[45] Los países donantes creyeron que una reducción en la medida y el alcance del Estado podía proporcionar un resultado más eficaz.
Pritchett, Woolcock y Andrews (2013) ofrecen una explicación de por qué el aparato estatal no funciona.
El crecimiento y la estabilidad vistos en Latinoamérica, sin embargo, supusieron un alto coste social en forma de desigualdad, que continúa en los comienzos del siglo XXI.
Por ejemplo, en Estados y Poder en África (2000), Jeffrey Herbst explica que «amenazas a la seguridad doméstica, del tipo que los países africanos afrontan tan a menudo, pueden forzar al estado a aumentar sus ingresos; sin embargo las guerras civiles ocasionan en fragmentación y considerable hostilidad entre los diferentes segmentos de la población», socavando la capacidad de los gobernantes para reunir el apoyo popular necesario para el «proyecto nacional» (2000: 126).
[61] En Europa, las amenazas externas permitieron a los Estados fijar impuestos, aumentarlos y forjar una identidad nacional.
Adicionalmente los países que temporalmente desaparecieron tras ser invadidos (como Polonia-Lituania o Irlanda) por otros más fuertes eran militar y políticamente débiles.
[68] Sin embargo, el gobierno de transición nunca respetó estos plazos, y Sudán del Sur volvió a sumirse en una feroz guerra civil étnica.
En la práctica estos tratados se han convertido, tal y como los describe Jeffrey Herbst, en papel mojado.
[74] Otra senda de análisis, asociada con Jamil Hilal y Mushtaq Khan (2004), retrata a la ANP como «cliente transcional cuasiestatal", atascado en una situación donde las funciones estatales esenciales quedan en manos del Estado israelí.
[75] Se celebran elecciones libres y democráticas, pero la distribución de los escaños en el parlamento debe respetar las cuotas atribuidas a cada confesión.