Gobernanza

[2]​ En términos sencillos, podría describirse como los procesos políticos que existen en y entre las instituciones formales.

Por ejemplo, un gobierno puede operar como una democracia donde los ciudadanos votan sobre quién debe gobernar y el bien público es el objetivo, mientras que una organización sin fines de lucro o una corporación pueden estar gobernadas por una pequeña junta directiva y perseguir objetivos más específicos.

Aunque estos dos conceptos no son sinónimos, hay debate sobre los criterios que permiten distinguirlos.

Parece provenir remotamente del griego κυβερνάω kybernao (dirigir, conducir una nave o un carro) utilizado por Platón, metafóricamente, para denominar el modo de gobernar a los ciudadanos, de donde también deriva gobierno (a través del latín gubernatio).

[9]​ Desde el Antiguo Régimen se empleaba la expresión (de algún modo similar, pero representando una realidad completamente distinta) buen gobierno; por ejemplo, en los Decretos de Nueva Planta y Buen Gobierno que reformaron la Monarquía Hispánica bajo Felipe V.

Tenía su "contrafigura" en la expresión mal gobierno, del que nunca podría acusarse al rey absoluto, sino a sus ministros (incluso en una revuelta, como el motín de Esquilache, la expresión utilizada era ¡Viva el rey y muera el mal gobierno!, similar al grito de Dolores del cura Hidalgo en la independencia mexicana).

El mejor ejemplo de ello es el sistema internacional, o sea, las relaciones entre estados independientes.

El conjunto de procesos, costumbres, políticas, leyes e instituciones que afectan a cómo se dirige, administra o controla una empresa (corporación).

Se están discutiendo e implementando muy lentamente nuevas direcciones sobre gobernanza, un término que ha irrumpido con cierta fuerza en el debate político, tanto desde el ámbito académico como en el terreno de la gestión práctica.

Sin embargo, la implementación de instrumentos y procesos participativos es todavía un reto enorme.

Desde entonces, el término se ha incorporado de modo casi automático a numerosas publicaciones, sin aportes analíticos significativos.

Aunque esta aproximación centrada en el reto de la “coordinación operativa” resulta interesante para los analistas, parece también limitada e incluso arriesgada.

Por ello, resultará necesario profundizar en el valor analítico, estructural y prospectivo del concepto.

Los temas siguientes, en forma de indicadores e índices compuestos, han sido elegidos para formar parte del IGM: paz y seguridad, estado de derecho, derechos humanos y participación, desarrollo sustentable, desarrollo humano.

Se desarrolla una metodología apoyada en varias disciplinas sociales que sirve para diagnosticar los procesos colectivos, misma que a su vez, se basa en cinco unidades analíticas principales presentadas aquí: problemas, actores, normas, procesos y puntos nodales.