Al día siguiente, el emperador Hirohito anunció por la radio la rendición incondicional de Japón.
Mientras otros líderes políticos y militares aliados presionaron para que Hirohito fuera juzgado como un criminal de guerra, MacArthur se resistió a estos pedidos y rechazó las demandas de algunos miembros de la familia imperial, como el príncipe Mikasa y el príncipe Higashikuni, y de intelectuales como Tatsuji Miyoshi, que pedían la abdicación del emperador, pues argumentaban que cualquier acusación sería abrumadoramente impopular para el pueblo japonés.
El propósito de esta cláusula era impedir que el país se convirtiera en una potencia militar agresora nuevamente; sin embargo, durante la década siguiente, los Estados Unidos estuvo presionando a Japón para que reconstruyera su ejército como un baluarte contra el comunismo en Asia tras la guerra civil china y la guerra de Corea, por lo que Japón estableció las Fuerzas de Autodefensa.
Tradicionalmente, el gasto militar de Japón ha estado restringido alrededor del 1% de su PIB, aunque esta es una práctica popular mas no legalizada, y ha fluctuado más o menos en torno a esta proporción.
Recientemente, los ex primeros ministros Jun'ichirō Koizumi y Shinzō Abe, así como otros políticos han intentado revocar o enmendar la cláusula 9.
Actualmente, Japón posee el quinto mayor presupuesto militar del mundo, con 40000 millones de dólares.
Por ello, los zaibatsu no desaparecerían, pero tomaron una estructura diferente que actualmente recibe el nombre de keiretsu.
La nueva Constitución garantizaba las libertades fundamentales y las libertades civiles, dio a la mujer el derecho a voto, abolió la nobleza y, quizás lo más importante, convirtió al emperador en el símbolo de Japón, excluyéndolo de la política.
El 10 de abril de 1946 se celebraron elecciones generales que tuvieron una concurrencia del 78,52% entre los hombres y el 66,97% entre las mujeres y que dieron a Japón su Primer Ministro moderno, Shigeru Yoshida, del Partido Liberal.
[13] El gobierno Katayama realizó varias reformas importantes en materia económica y social.
El sistema de escritura japonesa se reorganizó drásticamente con la lista tōyō kanji en 1946, predecesora de la actual jōyō kanji, y la ortografía fue alterada en gran medida para reflejar el uso hablado.
[22] Con el fin de eliminar a Japón como una potencial amenaza futura para los EE.
UU., la Comisión del Lejano Oriente decidió que el Japón debía ser parcialmente desindustrializado.
En un intento por ocupar la mayor cantidad de territorio japonés que fuera posible, las tropas soviéticas continuaron con las operaciones militares ofensivas aun después de la rendición japonesa, causando grandes bajas entre la población civil.
Debido al tratado impuesto a Japón por los Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial, que limita en gran medida el desarrollo de unas fuerzas militares eficaces para la defensa del país, Japón esta forzado a aceptar los supuestos tratados de cooperación militar con los Estados Unidos.
Esto es debido principalmente a la coerción que los Estados Unidos ejercen sobre el gobierno japonés y a la dependencia que Estados Unidos se ha asegurado de crear con el país nipón para mantener su condición de protectorado.
Pero, para muchas personas, estas eran solo preocupaciones secundarias, ya que también enfrentaban la hambruna y la falta de vivienda.
El profundo agotamiento, la moral decaída y la desesperación eran tan generalizadas que se denominó la «condición kyodatsu» (虚脱状態, Kyodatsujoutai, literalmente «estado de letargo»).
[32] La inflación fue galopante y muchas personas se dirigieron al mercado negro para comprar incluso los bienes más elementales.
En respuesta a la escasez de los años anteriores, esta subcultura denominada así por la bebida preferida de los artistas y escritores que la representaron, enfatizó el escapismo, el entretenimiento y la decadencia.
[33] La frase shikata ga nai o «nada puede hacerse al respecto» fue comúnmente usada por la prensa japonesa y estadounidense para englobar la resignación del público japonés a las duras condiciones soportadas durante la ocupación; sin embargo, no todo el mundo reaccionó de la misma manera a las penurias de la posguerra.