Colelitiasis

[6]​ Son acumulaciones graduales de materias sólidas que pueden ser tan pequeñas como granos de arenilla o, en ocasiones excepcionales, tan grandes que ocupan toda la vesícula.

[1]​[2]​ Se puede sospechar la presencia de cálculos biliares basándose inicialmente en los síntomas.

[3]​ Sin embargo, en muchas partes de África las tasas son tan bajas que llegan al 3%.

[12]​ La presencia de cálculos en la vesícula biliar se denomina colelitiasis, del griego chole- ( χολή, 'bilis') + lith- (λίθος, 'piedra') + -iasis (ἴασις, 'proceso').

Los pseudolitos, a veces denominados lodos, son secreciones espesas que pueden estar presentes dentro de la vesícula biliar, ya sea solas o junto con cálculos biliares completamente formados.

La afección es más frecuente entre personas de ascendencia europea o indígena americana que entre otras etnias.

[16]​ El vino y el pan integral pueden disminuir el riesgo de cálculos biliares.

Las personas con protoporfiria eritropoyética (PPE) tienen mayor riesgo de desarrollar cálculos biliares.

El primero es la frecuencia y la calidad con con que se contrae la vesícula biliar: el vaciamiento incompleto e infrecuente de la vesícula biliar puede provocar que la bilis se concentre demasiado y contribuya a la formación de cálculos biliares.

El segundo factor es la presencia de ciertas proteínas en el hígado y la bilis que promueven o inhiben la cristalización del colesterol en los cálculos biliares.

Estas "piedras silenciosas" no requieren tratamiento y pueden permanecer asintomáticas incluso por varios años después de su formación.

El dolor puede presentar con otros síntomas, incluyendo un cuadro de dispepsia biliar, que se caracteriza por: intolerancia a las comidas grasas, flatulencia, inflamación abdominal, náuseas, vómitos, etc.

Los cálculos pueden causar colecistitis (inflamación de la vesícula) aguda, crónica, cólicos biliares y pancreatitis.

[24]​ La colecistitis aguda se caracteriza por: dolor abdominal en el epigastrio o hipocondrio derecho, náuseas, vómitos, fiebre, peritonismo local o un plastrón de vesícula biliar, etc., en el caso de la colecistitis crónica produce cólicos intermitentes e inflamación crónica.

El dolor provocado por cálculos biliares puede variar de leve a intenso y puede aumentar de forma constante durante un período que dura entre 30 minutos y varias horas.

Otros síntomas pueden incluir fiebre, así como dolor referido entre los omóplatos o debajo del hombro derecho y mejora con analgesia.

[25]​ En muchos pacientes, los cálculos permanecen "mudos," es decir asintomáticos y plantean pocos problemas de importancia.

No obstante, cuanto más tiempo hayan estado presentes, mayor será la probabilidad de que causen complicaciones.

[26]​ Otras complicaciones pueden incluir colangitis ascendente, que ocurre cuando una infección bacteriana causa una inflamación purulenta en el árbol biliar y el hígado.

[8]​ La mayoría de los cálculos biliares pueden describirse mediante técnicas sencillas e indoloras.

Con frecuencia, basta una radiografía ordinaria del abdomen para descubrir los cálculos, sobre todo si son ricos en calcio.

El diagnóstico generalmente se confirma mediante una técnica más sensible, denominada, ecografía abdominal o ultrasonido, con la que se produce una imagen o fotografía de la vesícula y de los conductos biliares, permitiendo al equipo médico determinar si hay algún cálculo presente, cualquiera que sea su clase.

Cuando se sospecha la presencia de cálculos en los conductos biliares son necesarios procedimientos más complicados.

Sin embargo, en algunos pacientes es posible que no desaparezcan los síntomas de flatosidad, dolor, distensión por gases del abdomen, o náuseas.

El fármaco se tolera sumamente bien, siendo raros los casos observados de diarrea, que suele ser leve y pasajera.

Los fragmentos se disuelven después con el ácido ursodesoxicólico administrado por vía oral, si bien es posible que algunos cálculos pasen al exterior de forma espontánea.

Entre los que sí tuvieron recidiva, sólo un pequeño porcentaje manifiesta sintomatología, según se desprende de un estudio reciente, y para estos últimos, la repetición del tratamiento proporciona alivio.

Una dieta rica en grasas durante la pérdida de peso también puede prevenir los cálculos biliares.

De izquierda a derecha: cálculo de colesterol, cálculo mixto, cálculo pigmentario.