Se empezó a construir en 1063 por el arquitecto Buscheto y originó el distintivo estilo románico pisano en arquitectura.
Un tiempo toda la Catedral estuvo rodeada por sarcófagos romanos, tumbas de personajes ilustres.
El impresionante mosaico del ábside, de Cristo en majestad flanqueado por la Virgen y san Juan Evangelista, sin embargo, sobrevivió al incendio.
Fue almacenado durante la redecoración y no se redescubrió e instaló de nuevo hasta el año 1926.
Comenzó a inclinarse tan pronto como se inició su construcción en agosto de 1173.
El baptisterio, dedicado a san Juan Bautista, está frente al extremo occidental de la catedral.
Se construyó en estilo Románico por un arquitecto conocido como Deustesalvet («Diostesalve»), quien trabajó también en la iglesia del Santo Sepulcro en la ciudad.
El inferior representa varios episodios de la vida de san Juan Bautista, mientras que el superior muestra a Cristo entre la Virgen y san Juan Bautista, flanqueados por ángeles y evangelistas.
La inmensidad del interior es impresionante, pero es sorprendentemente sencillo y carece de decoración.
[3] El Campo Santo, es el cementerio monumental y queda en el límite norte de la plaza.
El edificio de este claustro enorme, rectangular, en estilo gótico, comenzó en 1278 se supone por el arquitecto Giovanni di Simone y tuvo muchísimas fases constructivas debido a continuos cambios de proyecto.
La de la derecha está coronada por un elegante tabernáculo gótico, que custodia a la Virgen María con el Niño, rodeada por cuatro santos.
También el prado central ha sido utilizado como lugar de sepultura, ya que según la leyenda, un cuerpo sepultado en la tierra santa del Gólgota se corrompía en solo 24 horas.
El patio interior está rodeado por elaborados arcos de medio punto con finos parteluces y tracería plurilobulada.
Contiene una amplia colección de esculturas romanas y sarcófagos, pero solo quedan 84.
Desde 1945 las obras de restauración han ido avanzando y actualmente el Camposanto está recuperando su estado original.
Dada la importancia que tenía este lugar, fue una de las metas del Grand Tour en Italia y también el primero de los monumentos del conjunto en la que se exigió una entrada a pago.
Eso fue en 1891, antes de la torre que fue puesta a pago solo cinco años después.