En la religión católica se denomina pila de agua bendita a un recipiente de piedra u otro material situado a la entrada de las iglesias que contiene agua bendecida para que se persignen los fieles.El origen de las pilas de agua bendita se remonta a los primeros tiempos de la Iglesia católica considerándose como tales por los arqueólogos ciertos vasos y depósitos de mármol o de barro cocido que se hallan en las catacumbas.Pero la forma y posición de las pilas, tal como se hallan ahora en la entrada de las iglesias, empezó en el siglo XII y se generalizó a finales del siglo XIV.Los acetres o calderillas para llevar el agua bendita se hallan ya en el siglo X como se ve por un ejemplar en la iglesia de San Ambrosio de Milán (Italia) pero sin duda datan de más antiguo como el uso del agua bendita.Tener a alguien "entre la pila y el agua bendita" es una expresión que se emplea como equivalente de "entre la espada y la pared", es decir, estar en ascuas, con inquietud, incertidumbre o en un dilema.