Por ello, Felipe III el Bueno fue llamado también gran duque de Occidente.
Los principios de la Orden del Toisón también se relacionaban con la lucha contra el poder otomano y la liberación de los Santos Lugares.
Los miembros de la Orden no podían ser «herejes» y por tanto se convirtió en una distinción exclusivamente católica durante la Reforma.
Felipe III celebró diez capítulos de la Orden.
[1] Carlos falleció en 1477 y la herencia del título correspondió a su hija María de Borgoña, sin embargo, en aquel entonces una mujer no podía presidir la Orden, por lo que este título fue para su marido, el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Maximiliano I de Austria, padre de Felipe I el Hermoso y abuelo del emperador del Sacro Imperio Carlos I de España y V de Alemania.
Jasón podría representar a Felipe III y los Argonautas serían los hombres que están con él en la orden.
Entre los eslabones está la llama, símbolo de Prometeo, garante último del vellocino, pero también el símbolo que aparece en la divisa del duque rotulada con el lema: «Ante ferit quam flamma micet» («Hiere antes de que se vea la llama»).
[1] A este símbolo griego se le añadió otro cristiano.
La B del collar se une también formando el aspa.
Una vez que los austríacos entraron en Bruselas, encontraron todo el tesoro de la Orden intacto.
En 1797, por miedo a la presión generada por la Revolución francesa, se trasladó al palacio de los Habsburgo en Viena.
Fue creado por Carlos I de España a mediados del siglo XVI.
[25] Las dos placas centrales, que se encuentran sobre la insignia del Toisón tienen el Escudo de Carlos I de España (sin el águila) en la placa superior y las dos columnas de Hércules con el lema "Plus Ultra" en la inferior.