Biblioclastia

En su forma de acentuación llana es: biblioclastia similar a otras palabras con la misma terminación: iconoclasia, hidroclastia.La expresión quema de libros, para referirse a la biblioclastia es ampliamente utilizada en varias lenguas, aunque indica una forma particular, la destrucción por fuego.Ya en 1880 el tipógrafo William Blades observaba la destrucción por fuego pero agregaba también, agua, gas, polvo, negligencia, ignorancia, maldad.Carlo Mascaretti (Américo Scarlatti en arte) en una obra de inicios del siglo XX aunque publicada en 2016 la considera como una enfermedad mental.[21]​ Sin embargo en el siglo XXI Umberto Eco quien la definió a partir de tres diferentes motivaciones como fundamentalista, por interés y por incuria.[26]​ Otros equivalentes de biblioclastia son algunos neologismos como libricidio, utilizado por Rebecca Knuth aludiendo a la destrucción cultural,[27]​ así como bibliocausto, utilizado entre otros autores por Fernando Báez,[28]​[29]​ relacionándolos por medio de las terminaciones similares con palabras como genocidio y holocausto.También otro director iraní Mohammad Rasoulof en 2013 obtuvo premios en los festivales de Cannes y Toronto por Manuscripts don’t burn.Los personajes son dos funcionarios de un régimen dictatorial latinoamericano cuya función es quemar los libros confiscados.Aunque sin ser el tema central, la destrucción de libros está presente con una gran fuerza evocativa en muchas otras obras literarias.[15]​ En el siglo XIX la biblioclastia fue considerada como un acto personal, como una desviación social o una enfermedad mental, como pueden serlo otras relacionadas con los libros como la bibliofobia.Está formado por personas que trabajan en archivos, bibliotecas, centro de datos e información, docentes, estudiantes.Finalmente llaman identificar y denunciar estas acciones para avanzar en una ley que las castigue como delitos contra la humanidad.
Hay variados documentos que testimonian la biblioclastia producida durante momentos de dictadura. Por ejemplo, la Resolución Rectoral Nº 60 de 1985 de la Universidad Nacional de San Luis sugiere la restitución de libros a la Facultad de Ingeniería y Administración de la Universidad de libros sustraídos durante el Proceso de Reorganización Nacional. Lista de los libros.