Debido a cuestiones legales, Bernardo de Balbuena padre regresa a España y, al poco tiempo, reconoce un hijo llamado Bernardo de Balbuena.Sin embargo, gracias a la biografía de Rojas Garcidueñas Bernardo de Balbuena: la vida y la obra (1958) se sabe que alrededor de los años 80 del siglo XVI, contando el joven poeta con apenas 20 años, pide licencia para viajar al Nuevo Mundo y encontrarse con su padre que había regresado apenas dos años después de nacer él.[3] Durante esos años comienza a madurar su proyecto poético El Bernardo, obra que consta de veinticuatro libros y 40 000 versos en octavas reales, el cual termina diez años después y publica en Madrid en 1624.No se conservan retratos suyos salvo la efigie grabada incluida en su Grandeza mexicana, que sirvió de fundamento a un dibujo del valenciano José Maea (1760-1826) grabado por Rafael Esteve con la leyenda "D. Bernardo de Balbuena.El tercer capítulo se articula esencialmente en la admiración que despierta en Balbuena los caballos novohispanos, los cuales equipara con corceles famosos de la historia para realzar su valía; manifiesta admiración por la destreza de los jinetes que cabalgan por la plaza de la ciudad y enumera con sumo detalle los colores y adornos que portan tanto el jinete como el animal; por último, incluye algunos versos sobre las ricas mercancías que llegan y se comercian en la capital.El capítulo comienza describiendo los diversos oficios que se ejercen en la ciudad, alaba a las diferentes industrias, los materiales con los que trabajan los artesanos y declara su admiración por aquellos que se dedican a las artes, continua con una dura condena a la pobreza de los pueblos mezquinos y deja en claro su preferencia por México, pues en ella puede encontrar toda clase de hombres eminentes e ilustres, bellas escuelas, virtudes, caridad y todo lo bueno que debe poseer un gran pueblo.Describe los carruajes, el trato afable de los habitantes y las buenas costumbres de las damas, así como las riquezas, la música y todos los manjares que se encuentran en la capital.El último capítulo, escrito a manera de epílogo, brinda un rápido resumen de los temas anteriores e incluye alabanzas a la forma en que se habla el español, el comercio y las artes, insiste en elogiar las riquezas y abundancias presentes en la capital, así como de sus personajes ilustres, colegios y la Universidad.El núcleo del volumen, está conformado por un texto titulado La Grandeza Mexicana, poema escrito en tercetos encadenados sobre la Ciudad de México.En 2011 salió una nueva edición, esta vez crítica, preparada por la estudiosa Asima Saad Maura.Por tratarse de una edición crítica, Saad Maura utiliza las príncipes de "Grandeza mexicana" publicadas en 1604 (Dávalos y Ocharte) a la par con varias posteriores, detallando los cambios hechos por los diferentes editores.La edición crítica de Saad Maura contiene además el tratado en prosa que Balbuena compuso en elogio a la poesía.Balbuena emplea en su texto elementos propios de la epopeya fantástica, no resultando extraño encontrar en la lectura desde magos, hadas, criaturas míticas, viajes por el aire, apariciones, visiones, etc.Libro V: Consejo de Guerra del rey Alfonso el Casto.Libro VI: Cuenta Orlando una fábula para considerar cuál es el mayor don que Fortuna puede conceder.Libro XI: Angélica es capturada por unos corsarios, van Bernardo y Orimandro a rescatarla.Libro XII: Orlando y sus compañeros se vuelven estatuas de oro.Garilo encuentra al alcaide de Sansueña que le cuenta cómo el rey godo Rodrigo perdió España.Bernardo intenta liberar a Angélica del rapto de los corsarios.Libro XVIII: Bernardo rechaza en matrimonio a Crisalva por estar enamorado de Angélica.Libro XIX: Se describe la historia de Hernán Cortés en la conquista del Nuevo Mundo y la descendencia regia desde el rey Alfonso el Casto hasta Carlos V.Libro XX: Bernardo llega al castillo del Carpio, que está encantado.Las ideas que sostuvo al respecto reaparecen a menudo en sus otras obras.Para lograr este fin, el poeta debe poseer no solo la platónica inspiración divina, sino conocer las reglas del arte.Balbuena critica que la poesía española sea "pura fuerza de imaginación, sin ir enfrenada y puesta en medida y regla con las que el arte de su facultad pide" (130).
Portada de la edición de Melchior Ocharte
Portada de la edición de López Dávalos
Licencia y Soneto a Don Antonio de Saavedra y Guzmán
Soneto al Doctor Don Antonio Ávila de la Cadena y Sebastián Gutierres Rangel.