Archidiócesis de Braga

[2]​ La arquidiócesis tiene como sufragánea a las diócesis de: Aveiro, Braganza-Miranda, Coímbra, Lamego, Oporto, Viana do Castelo, Vila Real y Viseu.

Durante la reforma litúrgica tridentina, Braga pudo mantener sus libros, porque tenían más de 200 años de antigüedad y también por el cuidado que tuvo en eso el arzobispo fray Bartolomeu dos Mártires.

El cristianismo pronto arraigó en la población, como lo documentan los numerosos santos y mártires venerados por la tradición local.

Del periodo suevo-visigótico se conocen los nombres de 12 prelados bracarenses.

[6]​ Los orígenes del antiguo rito de Braga se remontan al siglo VI.

Tras la conquista de los sarracenos en el siglo VIII, el último arzobispo que residió en Braga fue san Felice Torcuato, sus sucesores se establecieron en Lugo, llevando consigo el título metropolitano en el año 745.

Al mismo tiempo que la restauración de la arquidiócesis, también se establecieron el cabildo catedralicio y la escuela capitular.

A mediados del siglo XII los arzobispos de Braga se enzarzaron en una disputa con la archidiócesis de Toledo, para hacer valer su jurisdicción primacial sobre toda la península ibérica.

[13]​ Entre los arzobispos de Braga hubo un antipapa, Maurice Bourdin que devino antipapa Gregorio VIII (1118), y un papa, Pedro Julião elegido al trono papal con el nombre de Juan XXI (1276).

Seminario conciliar de San Pedro y San Paulo, en Braga
Basílica santuario de Nuestra Señora de Sameiro, en Braga
Monasterio de San Miguel de Refojos de Basto, fundado en el siglo XII