Debido a su conexión con la Orden de Cluny, se hizo un legado papal perfecto para la península ibérica, que recientemente había adoptado el rito romano en la liturgia, en vez del viejo Rito mozárabe, que fue considerado como herético.
Pero, su posición tuvo algunos partidarios entre la Curia Romana, y en 1116, cuando el emperador Enrique V del Sacro Imperio Romano Germánico invadió Italia para oponerse al Papa en la Querella de las Investiduras, el Papa envió a Mauricio al frente de una delegación dirigida al emperador, mientras Pascual y la Curia se desplazaban para Benevento, en el Sur de Italia.
Enrique, sabiendo que el nuevo papa estaba también contra su política, se dirigió a Roma, pero Gelasio, avisado, huyó para Gaeta y rechazó encontrarse con el emperador para discutir cualquier asunto relacionado con la reforma gregoriana.
Gelasio, en Capua, excomulgó tanto a Enrique como al antipapa Gregorio (7 de abril).
Calixto regresó a Roma y Gregorio huyó, refugiándose en Sutri; allí lo fueron a buscar las tropas papales, cercando la ciudad durante ocho días hasta que sus ciudadanos entregaron al Antipapa (abril de 1121).