Cuando André tenía tres años de edad, regresó con su familia a Francia.
La infancia de André y su hermano Marie-Joseph transcurrió en Carcasona, en casa de una tía, hasta que marcharon a París para estudiar en el Colegio de Navarra entre 1773 y 1781 (colegio en el que se habían formado personajes tan importantes como Jean Gerson o Bossuet).
Ya en París se manifestó su vocación poética y su gusto por los poetas clásicos.
Durante cerca de tres años estudió y experimentó con obras en verso, sin que su familia lo presionara para que se dedicara a otras labores o lo interrumpiera.
En otro fragmento poético titulado L'Invention encontramos una declaración de principios de Chénier sobre su poética: Sur des pensers nouveaux, faisons des vers antiques («Sobre pensamientos nuevos, hagamos versos antiguos»).
Suzanne se inspira en la historia bíblica de Susana (narrada en el libro del profeta Daniel) y es una obra ambiciosa, escrita en seis cantos.
Durante este tiempo André no publicó nada y muchas de estas obras quedaron inconclusas.
El puesto era demasiado bueno como para rechazarlo, aunque no apreciaba al pueblo inglés y escribió amargas burlas sobre Ces Anglais.
De pueblo en pueblo se extienden por el mundo entero, ofrecen su alegría innoble y su fasto grosero») y se retrató a sí mismo odiándose por estar en las orillas del fière Tamise (el «orgulloso Támesis»).
El anterior poeta pastoril se había transformado en un maestro de la sátira.
Al mes siguiente su hermano, Marie-Joseph, formó parte de la Convención Nacional.
En un escrito dirigido expresamente a Malesherbes reúne argumentos en defensa del rey Luis XVI.
Tras la ejecución del rey, salió de París y se refugió en el campo, en Satory (Versalles).
Tres días más tarde, Robespierre fue depuesto e igualmente guillotinado, terminando así el periodo del Terror.
La muerte prematura de Chénier -no había cumplido treinta y dos años- interrumpió abruptamente una carrera destinada a lo más alto, dada su sensibilidad y la maestría que demuestra en los poemas que pudo escribir.
En vida solo publicó Jeu de paume (1791) y el Hymne sur les Suisses (1792).
Después de esta editio princeps se descubrieron numerosos poemas y fragmentos.
Paul Dimoff pudo finalmente fijar la obra completa de André Chénier, que se publicó en la editorial Delagrave.
Esta idea tuvo gran éxito y se convirtió en un lugar común entre la crítica.
Para France no había que emparentar a Chénier con Hugo ni con Leconte de Lisle, sino con sus contemporáneos Suard y Morellet.
Morillot resume la opinión general de la crítica francesa cuando señala que, por una parte, si se juzga a Chénier por las características prototípicas del movimiento romántico (dominante en Francia a partir de 1820, con su gusto por el medievalismo, las leyendas del Norte, el experimentalismo), su obra se aparta indudablemente de tales intereses.