Tras el asesinato del duque de Orleans en 1408, acusó al duque de Borgoña, autor del atentado, e hizo condenar a Jean Petit, su defensor.
Durante este exilio, compuso las Consolaciones de la teología, obra en cuatro libros.
Dos años después pudo volver a Francia pero no tomó parte en ningún asunto público y se retiró al convento lionés de los Celestinos, escribiendo y enseñando.
Críticos como Roberto Bellarmino, Jean Mabillon, Jean-Baptiste-Modeste Gence le atribuye la Imitación de Cristo.
Es un facsímil del primer libro impreso en Mallorca, el año 1485 por Bartomeu Caldentey y Nicolau Calafat en Valldemossa.