Ana María Iriarte

En esta ocasión, compartió escenario con María Clara Alcalá, Cristóbal Altube, Pablo Vidal y Aníbal Vela.

Además, tuvo una notable participación en la ópera Tosca, junto a Esteban Leoz.

Su interpretación de Cecilia, de la ópera Las Golondrinas, junto al barítono Raimundo Torres (Puck) y la soprano Celia Langa (Lina) fue bien recibida por la crítica que valoró su voz, presencia, naturalidad, temperamento y precisión.

Además, actuó en el Royal Festival Hall con la Orquesta Filarmónica de Londres.

[2]​ En esos años fue considerada la mezzo-soprano más joven del mundo y en 1956, el director José Tamayo la eligió para interpretar el papel de Beltrana en la zarzuela Doña Francisquita con la que se conmemoró el centenario y se reabrió el Teatro de la Zarzuela, alternando el papel con Inés Rivadeneira, mientras que el rol de Francisquita estuvo a cargo de Ana María Olaria y Lina Huarte y el de Fernando fue interpretado por los tenores Alfredo Kraus, Carlos Munguía y Agustín Godoy.

[8]​ Poco después, esta zarzuela se representó, con el libreto traducido al alemán, en el Volksoper de Viena donde Iriarte volvió a interpretar a Beltrana siendo la única cantante española en el reparto.

A pesar de su retiro, Iriarte no abandonó el mundo del canto.

[5]​ En los años siguientes, se dedicó a la enseñanza de técnica vocal e interpretación en su escuela privada de la que han salido cantantes como María José Montiel,[9]​ Ewa Hyla[10]​ o José García Quijada.

[4]​ A través de esta Fundación, ha impulsado relevantes eventos musicales y ha fomentado el desarrollo de artistas jóvenes mediante el Concurso Internacional de Zarzuela Ana María Iriarte[2]​ cuya primera edición, en 2010, se celebró en Gijón y tuvo como ganadores al tenor Andeka Gorrotxategui y a la soprano Teresa Vázquez.