En esta obra, Rusiñol y Lejárraga se acercaron más al realismo que venía imponiéndose en la escena española.
La compañía tiene un éxito absoluto gracias a las pantomimas que Puck escribe y Lina representa.
Lina sigue enamorada de Puck y no se atreve a decírselo.
Puck se encuentra con Cecilia y la sigue sin dudarlo, pese a la negativa de Lina.
Tras esto, vuelve para confesar a Lina su asesinato, y ella, lejos de aborrecerle, le confiesa su amor.
Sin embargo, es demasiado tarde ya que el payaso acaba siendo encarcelado, y Lina se queda sola.