La alfarería en la provincia de Castellón (España), además del legado arqueológico producido durante la romanización, recoge la producción de obra basta en la zona septentrional de la Comunidad Valenciana, y su tradición hasta la actualidad, con capítulos adicionales dedicados a la azulejería ancestral levantina y la loza fina fabricada en Alcora desde el primer tercio del siglo xviii.
[4][5][6] Es el foco genuinamente alfarero más característico por su producción de cantarería y cacharrería.
[7] Con tradición alfarera ya registrada en el siglo xvii, Segorbe fabricó cacharrería con vidriado verde, cuyos botijos y cántaros llevaban en la panza, a modo de sello, un medallón en relieve representendo a la virgen de Cueva Santa, patrona de la villa.
[8] Famoso en todo levante por sus ollas y cazuelas vidriadas, el alfarero de Vall de Uxó ha modelado tradicionalmente una curiosa producción de “obretas”, cacharritos para jugar, representando jarras, cafeteras, teteras, etc.[7] Se ha perdido la actividad alfarera en las localidades de Altura, Bechí, Benicarló, Morella, Murviedro, Olocau del Rey, Peñíscola o Villarreal, entre otros.
[8][4][5] Ya en el siglo xxi, se documenta continuidad o nueva actividad alfarera en Alcora, Castellón de la Plana, Onda, Ribesalbes, Segorbe, Traiguera.