[5] Estos individuos encuentran difíciles tareas sanitarias habituales, como leer la etiqueta de un fármaco que se les ha recetado.Sin embargo se ha demostrado que los factores siguientes aumentan fuertemente el riesgo de insuficiencia: edad (especialmente pacientes de 65 años o mayores), conocimientos limitados de las lenguas en las que los médicos imparten instrucciones y en las que se escriben los prospectos, menor formación y menor estatus social.[7] Varias intervenciones, como simplificar la información y las ilustraciones, evitar la jerga o pedir al paciente que cuente con otras palabras lo que se le ha dicho, han mejorado los comportamientos sanitarios en personas con poco alfabetismo sanitario.[9] La iniciativa Gente sana 2020 del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos (HHS por sus siglas en inglés) incluyó el alfabetismo sanitario como nuevo tema candente, con objetivos para mejorarlo en la década siguiente.[12] Varias propuestas abordan el hecho de que «el alfabetismo sanitario es multidimensional», siendo el resultado de un esfuerzo concertado que implica al paciente que busca cuidado o información, al personal sanitario, a la complejidad y demandas del sistema, y al uso de un lenguaje claro para la comunicación.Es en esta segunda área donde se han hecho los mayores esfuerzos de alfabetización sanitaria.Esta alfabetización sanitaria se puede llevar a cabo tanto en aulas tradicionales como donde el alumnado vive y trabaja.[36] Aunque las diferentes definiciones varían en su redacción, todas caen dentro del mismo marco conceptual.Existen varias pruebas, cuya fiabilidad ha sido verificada en la literatura académica, para evaluar el alfabetismo sanitario.[44] La usabilidad de los folletos informativos puede mejorarse con un diseño bien organizado, ilustraciones pertinentes y un formato intuitivo.[46] Esta tendencia se ve agravada por otros factores de riesgo, incluida la pobreza.[48] En estos casos puede producirse un uso prolongado de los servicios sanitarios para padecimientos que, en condiciones normales, solo necesitarían un uso puntual.[50] Si este mayor gasto se carga sobre los pacientes y sus familias, puede empeorar adicionalmente su salud.Si se carga sobre el sistema sanitario o sobre instituciones benéficas, esto repercute en la financiación de la sanidad.[56] Las personas sin hogar constituyen una población variopinta, muy móvil y, a menudo, de escasa visibilidad.[54] Un programa llamado "Pregúntame 3 veces" (Ask Me 3)[55] está diseñado para llamar la atención del público y de los médicos sobre este tema, al informar a los pacientes que deben hacer 3 preguntas cada vez que hablen con un médico, una enfermera o un farmacéutico: También se han realizado esfuerzos a gran escala para mejorar el alfabetismo sanitario.Quienes son diagnosticados con diabetes tipo 2 tienen altos niveles de glucosa en la sangre porque el cuerpo no responde a la insulina.[60] La diabetes afecta de manera desproporcionada a las poblaciones desatendidas y étnicamente diversas, como la vietnamito-estadounidenses.[69] Aunque en los últimos años las personas pueden haber accedido a copiosa información sanitaria a través de Internet, el acceso por sí solo no garantiza que se utilicen las habilidades y técnicas de búsqueda adecuadas para encontrar los recursos más relevantes.Según Norman (2006), estas 6 habilidades son «necesarias para implicarse plenamente con los recursos de salud electrónicos».De acuerdo con estos autores, las personas con poco alfabetismo e-sanitario que pudieron obtener ayuda cuando realizaban actividades en línea demostraron mejores resultados de salud en comparación con personas similares que no encontraron ayuda.Esto significa que el límite entre la “información” y el contenido de los “medios”, tal como lo propuso Norman en 2006, ahora es cada vez más borroso, lo que genera desafíos adicionales para los profesionales de la salud (Holmberg, 2016).[71] Esto se ha observado en varios estudios de investigación, por ejemplo entre pacientes adolescentes con obesidad.Programas como Ventaja (Head Start)[74] o Mujeres, bebés y niños (WIC por sus siglas en inglés)[75] han tenido un impacto positivo en EE.Esta materia incrementa significativamente el alfabetismo sanitario de niños y adolescentes.De esta manera, las nuevas generaciones crecerán con más conocimientos sanitarios y deberían tomar mejores decisiones sobre su salud.Las influencias culturales y sociales son un punto de intervención importante para incrementar el alfabetismo sanitario.Sin embargo, para tener éxito, los objetivos no solo deben ser comunicarse con las personas, sino también tener en cuenta los factores sociales y ambientales que influyen en las elecciones de estilo de vida.Sin embargo, si se adopta un programa más amplio, que incluya estrategias para dejar de fumar, aumente los precios del tabaco, reduzca el acceso al tabaco por parte de los menores y refleje la inaceptabilidad social del tabaquismo, será mucho más eficaz.[86] Cuando se elaboran programas de alfabetización sanitaria para personas vulnerables son fundamentales la dignidad y el respeto.
Un cartel sobre transmisión aérea de enfermedades animando a utilizar un pañuelo para impedir contagios.