Academia General Militar (Zaragoza)

El primer director de la Academia en dicha época fue el general José Galbis Abella.

Las obras de la Academia se realizaron en un estilo arquitectónico en boga, el mudéjar aragonés.

Azaña dudaba de la eficacia del tipo de instrucción impartido en la Academia y también creía que su coste era excesivo en un momento en el que se pretendía disminuir el gasto militar.

[5]​ Franco quedó desolado[6]​ y tras el fin de la Guerra Civil repondría la institución.

Mientras, obedeciendo las órdenes de Azaña cerró la Academia, no sin antes reunir a todos los cadetes y arengarles en un discurso de despedida que ha pasado a la historia y en el que les advertía que, aunque no gustara la orden de cierre, su deber era obedecerla.

Este discurso le supuso a Franco la única tacha en su expediente militar, al recibir por ello una reprensión, pero su definición de disciplina sigue siendo estudiada, aprendida y recitada por los cadetes:

Hoy en día la Academia General Militar acoge a los alumnos (caballeros/damas cadetes) que serán los futuros oficiales del Ejército de Tierra de España, de forma similar a la Escuela Naval Militar (Marín-Pontevedra) y la Academia General del Aire (San Javier-Murcia).

Palas empleadas en la uniformidad reglamentaria: verde para la guerrera, carmesí para camisa y gris en casaca cuartelera.

El edificio Franco fue inaugurado en 1930 y es de estilo neomudéjar aragonés.

Bandera de la Academia General Militar
Entrada principal de la Academia.