En la primera desarrolló sus acciones en la Batalla de Teruel y se disolvió poco después.
Por su parte, la 219.ª Brigada inició sus acciones el 15 de diciembre, pero solo consiguió una débil penetración por Villaespesa que, días más tarde, quedaría cercada.
Muy quebrantada por la lucha en la ciudad y el crudo invierno, tuvo que ser retirada para su reorganización en Extremadura, pero se reintegró al frente turolense en febrero.
Como Comisario político se nombró a Roque Nieto Peña, de Izquierda Republicana.
Durante varios días soportó un intenso y continuo bombardeo artillero, con mayor o menor fortuna, según las unidades.
Las Brigadas 189.ª y 191.ª sufrieron un fuerte desgaste, aunque la 189.ª protagonizó un duro contraataque el día 13.
Mientras tanto, la 190.ª brigada, menos quebrantada, quedó en línea y asignada a la 6.ª División.
La 189.ª Brigada, en especial el batallón anarquista (el que hacía número 756, procedente en origen en la 88.ª BM), realizó un intenso ataque en la colina conocida como la Atalaya, al Norte de Onda, logrando coronarla y conquistarla, capturando un buen número de armas y diez prisioneros.
Los soldados, agotados por la intensa caminata del día anterior (de Borriol a Onda pasando por retaguardia: 35km sin casi descanso), se quedaron dormidos en gran parte y no pudieron evitar que el enemigo reconquistara la colina.
Durante las siguientes horas se sucedieron varios ataques y contraataques, cada vez menos intensos, hasta que las tropas del llamado Destacamento de Enlace, del general García-Valiño, se hicieron con el control definitivo de ese enclave.
Las crónicas hablan de que realizó una férrea resistencia, pese a los feroces ataques de la artillería y aviación franquista, llegando a protagonizar diversos ataques y contraataques, que imposibilitaron al enemigo avanzar por su sector.
La actuación de la 68.ª División en este frente había sido realmente destacable, y algunos investigadores llegan a afirmar que fue en los momentos en que las tropas de la 68.ª División se encontraron en línea cuando las fuerzas franquistas del Destacamento de enlace se vieron frenadas más claramente, quedando detenidas o avanzando solo lentamente y sufriendo numerosas bajas.
Mientras tanto, la 189.ª Brigada cambió de Comandante, pasando a ser mandada por el Mayor Ignacio Nuevo.
Espinosa fue apartado de la primera línea del frente, al estar calificado como "políticamente indiferente", y se le destinó a un puesto en retaguardia.
Con estas tres brigadas (189.ª, 191.ª y 194.ª) quedaría ya configurada la 68.ª División, sin apenas variaciones hasta el final de la guerra.
Por ello, el Estado Mayor de la División proyectó e hizo construir otra pista más al Norte, para así asegurar una mejor evacuación en caso de ataque enemigo y facilitar los suministros.
Este nuevo camino facilitaba además el acceso a retaguardia hacia Siruela y La Puebla de Alcocer.
Este hecho hizo fracasar la acción, pues mientras que las fuerzas atacantes esperaron varios días en vano a que mejorase el tiempo, el efecto sorpresa del ataque había pasado ya y las tropas franquistas habían regresado a sus posiciones, ayudadas además por la respuesta de su artillería.
Cinco días después, el ataque se dio por concluido en esta zona y los batallones regresaron, en un lamentable estado, debido a los varios días que habían soportado la intensa lluvia a la intemperie.
Las nuevas instrucciones consistían en continuar replegándose hasta Piedrabuena, donde debían entregar las armas.