Se trata de un municipio hispanófono, en el que el español cuenta con el predominio lingüístico reconocido legalmente.
El casco urbano se encuentra muy cercano al curso fluvial, a una altitud de 289 m sobre el nivel del mar.
[4] La aldea conformada entonces por un pequeño grupo de casas sería el germen desde el cual se desarrollaría su actual núcleo urbano.
Se conserva, probablemente de los siglos inmediatamente posteriores, un acueducto medieval que aún hoy cumple su función.
[8] Esta fue la primera carta puebla que se conformó en la geografía castellonense tras la expulsión de los moriscos.
Sin embargo, el olivo es el cultivo más relevante para la economía doméstica sonejera, aunque las transformaciones agrícolas para el plantado de cítricos han proliferado en la última década, a costa de eliminar del paisaje cultivos tradicionales y centenarios.
El cultivo predominante en la localidad se caracteriza por ser minifundista y muy parcelado, con una media de 2’85 ha por contribuyente.
La ganadería, en todas sus manifestaciones (trashumancia, cunicultura, avicultura, apicultura), es una actividad actualmente muy reducida y en retroceso.
Esta actividad lleva asociadas varias empresas locales, como son las de transportes por carretera.
Aun así, resulta todavía escasa la oferta de alojamiento ofrecida en Soneja, especialmente la concerniente a turismo rural.
La población parada con edades comprendidas entre los 25 y los 44 años tiene mayor representación que la de edades superiores o inferiores a ese rango, hecho diferencial con respecto a escalas territoriales de mayor envergadura.
No obstante, la actividad económica que más desempleados ha producido en los últimos años ha sido la relacionada con la inmobiliaria, seguida por la industria manufacturera y la del alquiler.