Eventualmente, los entusiastas de los automóviles antiguos también denominarían a los coches de esta época como veteranos (anteriores a 1904) o eduardianos, aunque estos términos realmente no tienen sentido fuera del antiguo Imperio Británico.
Aunque el concepto moderno de automóvil de turismo ya se había inventado antes, no fue hasta que el Système Panhard, del fabricante francés Panhard et Levassor, se concedió bajo licencia a un amplio número de constructores, cuando se empezaron a crear en masa automóviles con un aspecto reconocible y estandarizado.
Los desarrollos clave incluyeron el sistema de encendido eléctrico (la compañía Arnold introdujo en 1898 el primer convertidor eléctrico,[3] aunque la innovación se suele atribuir a Robert Bosch, quien la presentó en 1903), suspensión independiente (concebida por Amédee Bollée en 1873), y los frenos en las cuatro ruedas (por la Compañía Arrol-Johnston de Escocia, en 1909).
[4] Las ballestas eran ampliamente utilizadas para la suspensión, aunque muchos otros sistemas todavía estaban en uso.
El vidrio de seguridad también hizo su debut, patentado por John Wood en Inglaterra en 1905,[5] pero no se convertiría en un elemento estándar hasta 1926, cuando la compañía Rickenbacker lo instaló en sus coches.