De su escritura se trasluce, más que una influencia, una deuda contraída con autores y pensadores como André Breton, Antonin Artaud, Georges Bataille, Roland Barthes o Jacques Lacan.
Sus dos primeros libros de relatos, Las buenas intenciones y otros cuentos y La vida ausente, se ganaron el respeto de críticos como Ricardo Senabre,[1] Santos Sanz Villanueva,[2] Pedro M. Domene,[3] Manuel Moyano[4] o Vicente Luis Mora.
[5] Ángel Zapata ha realizado traducciones del francés de autores como Louis Janover o Michel Carrouges, y en torno al surrealismo, movimiento artístico y humanista del que, además de haber llegado a ser un experto, ha hecho sobre todo una experiencia vital.
Ha desarrollado un importante trabajo como crítico y columnista en diversos medios nacionales especializados.
Zapata se ha definido a sí mismo como un escritor surrealista, pero con una conciencia netamente marxista.