Durante los dos primeros años de su vida, al llegar el verano, la familia Camprubí se desplazaba a ‘La Quinta’ en Malgrat para disfrutar del agradable clima mediterráneo en la temporada estival.Este sería el último año que Camprubí y su familia disfrutarían de las vacaciones en Malgrat, el motivo probablemente estuviera ligado a los cambios de destino que sufría su padre por necesidades del trabajo.En este lugar, Camprubí conoce a María Muntadas de Capará, con quien entablará una gran amistad.[6] En 1900, Camprubí fundó una sociedad, junto a su amiga María Muntadas, que denominan Las Abejas Industriosas.Por esas fechas no había cumplido aún los trece años, pero ya se vislumbra un gran espíritu inquieto y de organización.Camprubí escribió y publicó varios trabajos literarios, entre ellos, The Garret I Have Known (El desván que he conocido).Nicholas Illustrated Magazine for Boys and Girls por su trabajo When Grandmother Went to School (Cuando mi abuela asistía a la escuela).Se establecieron en Newburgh (Nueva York) donde viven numerosos familiares y amigos de la familia.[6] Durante estos años, la vida que llevó en Estados Unidos era totalmente diferente a la española.Asiste a bailes, reuniones, almuerzos, tés y todo tipo de acontecimientos sociales.Empieza a ser cortejada por el abogado, amigo de la familia, Henry Shattuck.Tras una reconciliación matrimonial, Isabel Aymar regresó a España en 1909 en compañía de Camprubí y su prima Hannah.La llamaban «la americanita», ya que allí comenzó sus estudios universitarios en Columbia; asistió a actividades culturales y clubes de mujeres.Entró en contacto con el feminismo estadounidense, viajó sola, leyó los clásicos españoles e ingleses y siguió un curso sobre literatura.Aprovecha todo lo que le ofrece Madrid y se involucra en proyectos culturales e intelectuales.[6] Asistió a numerosas conferencias, pero solo podía hacerlo acompañada de un matrimonio estadounidense, los Byne.A finales de año, hubo algunas desavenencias entre Juan Ramón Jimenéz y Camprubí.[6] En diciembre Camprubí y su madre embarcaron en Cádiz rumbo a Nueva York para evitar las relaciones de su hija con el poeta y conocer a la segunda hija de su hermano José, Leontine –Beba-.En octubre viajaron de nuevo a Andalucía pasando por Málaga, Córdoba, Sevilla y Moguer.Desarrolló una importante labor social impactando notablemente en el panorama cultural de la época.En el verano, el matrimonio viajó por España, recorrieron toda la zona noroeste de la península: Soria, Logroño, Pamplona, San Sebastián, Bilbao, Santander, Asturias, Santiago de Compostela, Vigo y León.La escultora Marga Gil Roësset esculpió un busto de Camprubí pero mientras estaba haciendo este trabajo se enamoró del poeta Juan Ramón Jiménez.[6] En enero de 1939 se trasladaron a Nueva York para posteriormente instalarse en Coral Gables, en Miami (Florida).Al finalizar la guerra civil, el piso que Zenobia y Juan Ramón tenían en Madrid, respetado durante toda la contienda, fue saqueado, desapareciendo libros, documentos y otros objetos personales.En enero del año siguiente cuando Juan Ramón pronunció sus primeras conferencias formales en la Universidad de Miami, Camprubí leyó simultáneamente una versión en inglés traducida por ella misma.En 1954 se instalaron de nuevo en Puerto Rico, porque Juan Ramón no soportaba la vida en los Estados Unidos.La revista Américas publicó un trabajo autobiográfico de Camprubí titulado Juan Ramón y yo.En 1956 reapareció el cáncer, en abril empezó tratamiento de rayos X que le produjeron grandes quemaduras.Pearson Shantiniketan, traducido al castellano con el nombre Morada de paz (1919).[11] Sus diarios poseen un importante valor ya que fue, junto a Rosa Chacel, la única mujer que dejó un diario escrito de la vida y la literatura de mitad del siglo XX.
Retrato de boda de Zenobia y
Juan Ramón Jiménez
(2 de marzo de 1916, Nueva York).
El n.º 38 de la calle de Padilla de Madrid, donde vivieron Camprubí y Jimenéz entre 1929 y 1936. El edificio fue proyectado como casa-palacio por el arquitecto
Bernardo Giner de los Ríos
.
Zenobia tuvo una marcada influencia en la vida y obra de
Juan Ramón Jiménez
. Durante los cuarenta años de matrimonio colaboró intensamente con su pareja.