Animados por esta nueva ley, grupos de misioneros protestantes vinieron a España.
Llegaron en 1871 y fundaron en Santander una misión con muchas dificultades pues, a pesar de la nueva ley, los prejuicios religiosos todavía dominaban en las provincias españolas, como describió Benito Pérez Galdós en su novela Doña Perfecta de 1876.
[2] En 1892 el colegio de los Gulick se trasladó a San Sebastián con el nombre de "Colegio Norteamericano", permaneciendo en la capital guipuzcoana hasta que la guerra hispano-estadounidense interrumpió temporalmente sus actividades.
Estimulados por los líderes institucionistas, los Gulick hicieron su primer viaje a Madrid en 1901.
Aquellos fondos dieron como fruto el edificio de la calle Miguel Ángel cuya construcción se terminó en 1910, constituyéndose en sede del Instituto y encomendándose su dirección a Susan Huntington, graduada de Wellesley.
Caducado ese contrato de alquiler en 1950, la Corporación que, desde Boston, continuaba rigiendo los bienes del Instituto Internacional, le buscó un nuevo destino, el Colegio Estudio, centro privado que desde 1940 funcionaba bajo la dirección de sus tres creadoras: Jimena Menéndez Pidal, Ángeles Gasset y Carmen García del Diestro.
El Colegio Estudio, que trataba de mantener en Madrid un refugio para la educación liberal en consonancia con la tradición y los principios del desaparecido Instituto-Escuela, necesitaba más espacio, pero no contaba con los fondos necesarios para alquilarlo.
Allí encontraron trabajo un buen número de profesores que habían perdido su cátedra por razones políticas.