Mientras estuvo en Glasgow asistiendo a las conferencias de Reid, Stewart compartió alojamiento con Archibald Alison, con quien entabló una amistad que mantendría toda la vida.
[2] Ese mismo año, y siguiendo los pasos de su padre, Stewart se ordenó masón escocés.
En 1783, se casó con Helen Bannatyne, una prima lejana, quien murió en 1787, dejando un hijo, Colonel Matthew Stewart.
[6] Cuando Ferguson regresó a Escocia, Stewart continuó enseñando filosofía moral y el ayuntamiento le concedió la cátedra en 1785.
[7] En estos años, se vería altamente influenciado por Lord Monboddo, con quien mantenía correspondencia; así como de Francis Hutcheson.
Sus enseñanzas políticas, tras la Revolución Francesa, despertaron sospechas injustificadas sobre él y su respeto de las leyes.
Tal fue el caso en 1806, cuando acompañó al conde Thomas Maitland, que se encontraba en misión política para negociar la paz con Napoleón.
Cuando dejó de dar conferencias en 1810, su lugar fue ocupado, a petición propia, por Thomas Brown, que en 1810 fue nombrado profesor adjunto.
[2][8] En 1831, la ciudad de Edinburgo erigió un monumento en su honor en Calton Hill, diseñado por el reputado arquitecto escocés William Henry Playfair.
Pretendió demostrar que los fenómenos de la conciencia están conectados por leyes, las cuales es posible descubrir mediante el método inductivo.
Estas leyes, a su vez, explican la constitución y el funcionamiento de la mente.
Autores como John Dudley redactan textos de carácter espiritualistas, declarándose explícitamente antimaterialistas.