Pronto se lanza a la fabricación de retratos en miniatura que lograron un gran éxito y puede dirigir su trabajo a la pintura al óleo, que aprende de modo autodidacta.
En Londres es recibido por Joshua Reynolds, que le aconseja sobre los sitios donde estudiar en Roma, recomendándole particularmente los trabajos de Miguel Ángel.
Después de su estancia en el extranjero, Raeburn pasa casi todo su tiempo en Edimburgo, visitando raramente Londres, y solo durante breves periodos, lo que tiene por efecto preservar su originalidad.
Igualmente fue nombrado asociado en 1814, y miembro al año siguiente, de la Real Academia Escocesa.
Finalmente, en 1822, es armado caballero por Jorge IV y nombrado retratista del rey para Escocia.