1591) y su ensayo, The Defence of Poesy (Defensa de la poesía o An Apology for Poetry, 1581, pub.Nacido en Penshurst, Kent, era el hijo mayor de Henry Sidney y lady Mary Dudley.Su hermana menor, Mary Sidney, se casó con Henry Herbert, segundo conde de Pembroke.Este tuvo una vida típicamente cortesana desde su nacimiento, apadrinado por Felipe II, ya que su padre fue acompañante de María Tudor cuando esta contrajo matrimonio con el rey español.Viajó mucho, pasando varios años en Europa, entre Francia (1572), Alemania, Italia, Polonia y Austria.En estos viajes conoció a muchos intelectuales y políticos europeos, alcanzando un alto grado de erudición.Sus relaciones artísticas fueron más pacíficas y determinantes a la hora de consolidar su fama.Otros contactos literarios le llevaron a ser miembro, del (probablemente ficticio) Areopagus, un esfuerzo humanista para introducir la métrica clásica en el verso inglés.En 1585, su entusiasmo por la lucha protestante pudo desarrollarse plenamente cuando le hicieron gobernador de Flesinga, en los Países Bajos, donde constantemente instaba a su superior, el conde de Leicester, a que fuera osado.Ya en vida, pero especialmente después de su muerte, se había convertido para muchos ingleses, en el epítome del cortesano: instruido y político, pero al mismo tiempo generoso, valiente e impulsivo.Completó la mayor parte de los tres primeros libros, pero el proyecto quedó inacabado al morir.De acuerdo con una historia bastante difundida, el rey Carlos I citaba frases del libro mientras subía al patíbulo para ser ejecutado.Se cree que en parte estuvo motivada por Stephen Gosson, que atacó a Sidney en su obra The School of Abuse (1579), pero Sidney se dirige, ante todo, a otras objeciones contra la poesía, como las de Platón.Sidney defiende, en cambio, la nobleza de su poesía, pues mueve a acciones virtuosas (Robertson).Fue la primera defensa filosófica de la poesía en Inglaterra, en la cual describe el antiguo e indispensable lugar que ocupa en la sociedad, su naturaleza mimética y su función ética (Harvey).Explica que la tragedia no debe quedar atada por la historia sino por las “leyes de la poesía”, habiendo “libertad, tanto para fingir nueva materia, como para adaptar la historia a las conveniencias más trágicas”.Uno de los ejemplos más importantes es la obra del poeta y crítico, Percy Bysshe Shelley.