Quinta de San Pedro Alejandrino

Al fallecer Joaquín en 1861, heredó la hacienda su hijo Manuel Julián, quien con quien el terreno entró en un proceso de decadencia y abandono.

En 1891 se realizó la primera restauración para aproximarla al estado que presentaba en 1830; años más tarde es declarada Monumento Nacional Histórico.

Dentro de esta casa principal se encuentran unos jardines internos que le dan un estilo colonial a la Hacienda.

Alrededor de la Casa Principal se encuentran algunos árboles centenarios: un samán, una ceiba y dos tamarindos.

No abarca todo el universo plástico del arte latinoamericano, pero sí ejemplos notables de movimientos y tendencias.

Paralela a esta corriente, se manifiesta la pintura de género sea retrato, bodegón o paisaje.

Entre ellas se destaca un óleo sobre lienzo de Alejandro Obregón titulado Don Simón en San Pedro Alejandrino, pintado especialmente para este museo en 1986, Obregón retrata a Bolívar en sus últimos días, hace una visión del General que no encontró salida a su laberinto y pasa a la eternidad y la gloria en San Pedro Alejandrino.

Encontramos otros retratos de Bolívar realizados por Jorge Elías Triana, Gustavo Zalamea, Germán Tessarollo y Antonio Frío.

El cinetismo, un movimiento importante que se desarrolla en Venezuela, está representado por obras de Jesús Rafael Soto, Carlos Cruz Díez y Alejandro Otero.

Entre las obras figurativas hay pinturas de Juan Antonio Roda, el propio Villegas, Ángel Loochkartt, Manuel Chong Neto, Brooke Alfaro y Alicia Viteri.

Pedro Alcántara, Augusto Rendón y Humberto Giangrandi tienen un fuerte componente social.

La esculturas emplazada en los jardines y en el teatro al aire libre están encabezada por Caracol caribe, de Eduardo Ramírez Villamizar.

Al igual que Edgar Negret, este muestra en sus construcciones una gran influencia del arte precolombino, en particular inca, a donde han realizado viajes de estudio.

Estatua de Bolívar .
Altar de la Patria.
Teatro al aire libre Joaquín De Mier y Benítez.
Jardín Botánico Quinta de San Pedro Alejandrino.