Quinta (urbanismo)

[1]​ Inicialmente designaba «la quinta parte de la producción» que el arrendatario (llamado quintero) entregaba al dueño de una finca; pero más tarde se aplicó la denominación de quinta a esa misma finca rústica, incluyendo sus palacios o casas solariegas, parques y granjas.

Inicialmente, ya en el siglo XVI el término quinta aludía a la quinta fracción de terreno que un adelantado, como representante de la corona, adjudicaba a un nuevo vecino español o mancebo de la tierra; estas «quintas» pasaron a ser huertas con alguna vivienda adjunta.

En un ámbito más popular, el término «quinta» puede usarse para denominar una pequeña parcela de terreno o huerta donde se cultivan frutales u hortalizas, a veces formando parte de una propiedad o vivienda, aunque ésta se encuentre en una ciudad.

Colindante a la casaquinta estaba la parcela, fundo o chacra destinado al pastoreo.

Su uso mezclaba, a imagen y semejanza de los sitios reales de los monarcas españoles, aunque a una escala menor, los espacios de recreo o descanso y retiro, con someras plantaciones, pequeños parques y explotaciones agrícolas, extendiéndose hasta finales del siglo XIX.

Palacio de la Quinta de São Gens en Matosinhos (Portugal).
«La quinta». Dibujo de Agustín Lhardy .
Vista parcial de la Quinta del Duque del Arco , también conocida como Quinta del Pardo , en Madrid .
Gran alberca de la Quinta do Paço de Valverde, en 2012.