En su recinto se realizan actualmente actos culturales de la más diversa índole, taurinos y no taurinos, durante los meses en que no se realiza la feria.[3][4] En castellano la palabra acho, o mejor hacho, significa «sitio elevado cerca de la costa, desde donde se descubre bien el mar y en el cual solían hacerse señales con fuego».En 1765, Agustín de Landaburu y Ribera, alcalde de Lima, solicitó permiso para construir lo que llamó "una plaza fija para las corridas de toros" que se llevaría a cabo en Lima durante la celebración del Carnaval en la ciudad.Así, la plaza fue construida en los terrenos del Convento de Madres de Las Nazarenas,[7] en un sitio que había sido utilizado para varios edificios de toros temporales desde 1754, y cuyas propiedades pasaron luego al reconocido médico y prócer José Hipólito Unanue y Pavón.[7] En 1916 el mexicano Rodolfo Gaona fue el primer matador famoso en participar en una corrida en la plaza de Acho.La remodelación estuvo a cargo del ingeniero Francisco Graña Garland.En 2022, se retomaron las corridas de toros en la histórica plaza y cuyo contrato se extendió a 2028 por parte del consorcio América Taurina.Su construcción es de material noble, adobe y madera, habiendo sobrevivido a los terremotos que ha sufrido la ciudad de Lima desde su construcción.Posee una explanada en su lado oeste, conocida como Patio de Sombra, en donde se ubican el Museo Taurino, el Restaurante de la plaza, y una serie de obras escultóricas alusivas a figuras del toreo y personajes ligados a la tauromaquia, entre las que destacan esculturas de Victorio Macho, Miguel Baca Rossi y Franco Ochoa.