Abandona Italia debido al clima político de aquellas fechas, trasladándose a Suiza, y pasó algunos años allí, cuyo clima le resultó muy desagradable y poco inspirador.
Añora el sur de Italia y lo frecuenta repetidas veces.
[2] Visita dos veces la Alhambra, la segunda vez de forma más detenida, copiando numerosos motivos ornamentales.
Lo que aprendió allí contemplando los intrincados detalles decorativos fundados en repetidos patrones matemáticos por paredes y techos tuvo una profunda influencia en la obra de Escher, especialmente en la relacionada con la partición regular del plano y el uso de patrones que rellenan el horror vacui del espacio sin dejar ningún hueco.
En 1941 se muda a Baarn, Países Bajos, después de una estancia difícil en Bélgica durante la Segunda Guerra Mundial.
Parece que debido al habitual mal tiempo de esa región, donde los días soleados se consideran una bendición, es por lo que abandona los motivos paisajísticos como modelos y se centra más en su propia mente, encontrando en ella una potentísima fuente de inspiración.
Normalmente no usaba elementos de obras anteriores en las nuevas, excepto en los encargos especiales.
En 1969, con 71 años, realiza su grabado Serpientes donde demuestra sus facultades a pesar de su avanzada edad.
Un grupo importante está expuesto de forma permanente en el Museo Escher en La Haya, Países Bajos.
No basaba su trabajo en los sentimientos, como otros artistas, sino simplemente en situaciones, soluciones a problemas, juegos visuales y guiños al espectador.
A pesar del amplio interés popular, Escher fue durante mucho tiempo un tanto descuidado en el mundo del arte; incluso en su Holanda natal, tenía 70 años antes de que se realizará una exposición retrospectiva.
Doris Schattschneider identifica 11 líneas de investigación matemática y científica anticipadas o directamente inspiradas por Escher.