Grabado a media tinta

Si en esta etapa del proceso se procediera al entintado y estampación de la lámina, la imagen resultante sería de un color negro consistente aterciopelado.

La plancha va aplastando progresivamente el granulado, por lo que esta técnica no permite reproducir gran número de ejemplares.

Las gradaciones tonales desde las zonas del negro consistente hasta las del blanco puro producen fuertes contrastes, que hacen la media tinta especialmente adecuada para la técnica del claroscuro, por lo que fue muy utilizada para reproducir pinturas, sobre todo en el siglo XVIII, siendo después su lugar ocupado por el grabado al aguatinta.

Unos años más tarde el historiador del grabado británico John Evelyn adjudicó su invención al príncipe Ruperto, que había publicado en Londres algunas estampas con esta técnica.

Por todo ello, en 1656 Siegen empezó a firmar sus obras como «primero y verdadero inventor de este género».

Berceau.
Retrato de Amalia Isabel de Hanau-Münzenberg (1642), de Ludwig von Siegen , primer grabado a media tinta.