La escena es pintada en la panza, el hombro está generalmente adornado con un motivo de palmetas.
Este estilo aparece al final del siglo VI a. C., como variante del estilo de figuras negras: la panza es recubierta de un engobe blanco, las siluetas son pintadas en negro, los detalles eran incisos.
Los colores secundarios hacen su aparición, principalmente para los cabellos o las pañerías marrón-púrpura, ocre.
Estos lécitos son un buen testimonio de lo que debió ser la pintura mural clásica.
Un casco corintio aparece sobre la tumba, dejando así suponer que el muerto es un soldado o simple mortal.