stringtranslate.com

Historia eclesiástica de la Iglesia católica

La historia eclesiástica de la Iglesia católica se refiere a la historia de la Iglesia católica como institución, escrita desde una perspectiva particular. Existe un enfoque tradicional para dicha historiografía . El punto de partida generalmente identificado es Eusebio de Cesarea y su obra Historia de la Iglesia .

Dado que no se supone que los historiadores contemporáneos de la Iglesia católica que también son católicos adopten esta perspectiva, este “enfoque tradicional” es un capítulo de la historiografía, aún no cerrado, pero que se aplica a un área definida que no es central para la historia académica de la Iglesia católica. los siglos XX y XXI.

Enfoque, visión católica tradicional.

Según la Enciclopedia Católica de 1913,

La historia eclesiástica es la investigación científica y la descripción metódica del desarrollo temporal de la Iglesia considerada como institución fundada por Jesucristo y guiada por el Espíritu Santo para la salvación de la humanidad. ...[Cubre] la vida de la Iglesia en todas sus manifestaciones desde el comienzo de su existencia hasta nuestros días entre las diversas divisiones de la humanidad alcanzadas hasta ahora por el cristianismo. Si bien la Iglesia sigue siendo esencialmente la misma a pesar de los cambios que sufre en el tiempo, estos cambios ayudan a mostrar más plenamente su vida interna y externa. [1]

Por tanto, sus sucursales incluyen:

Métodos

El tratamiento crítico de las fuentes requiere paleografía , diplomacia y crítica .

Por lo demás, el enfoque no es el de un escéptico :

El historiador eclesiástico... de ninguna manera puede excluir la posibilidad de factores sobrenaturales. Que Dios no puede intervenir en el curso de la naturaleza y que, por tanto, los milagros son imposibles es una suposición que no ha sido ni puede ser probada, y que hace imposible una apreciación correcta de los hechos en su realidad objetiva. Aquí aparece la diferencia entre el punto de vista del historiador cristiano creyente, que tiene presente no sólo la existencia de Dios sino también las relaciones de las criaturas con Él, y el del historiador racionalista e infiel, que rechaza incluso la posibilidad de una intervención divina en el curso de la ley natural. [1]

Se basa en la teleología :

El historiador cristiano tiene presente que el fundador de la Iglesia es el Hijo de Dios, y que la Iglesia fue instituida por Él para comunicar a todo el género humano, con la ayuda del Espíritu Santo, su salvación por medio de Cristo. . Es desde este punto de vista que el historiador cristiano estima todos los acontecimientos particulares en su relación con el fin o propósito de la Iglesia. El historiador incrédulo, por otra parte, que reconoce sólo fuerzas naturales tanto en el origen como en todo el desarrollo del cristianismo, y rechaza la posibilidad de cualquier intervención sobrenatural, es incapaz de apreciar la obra de la Iglesia en la medida en que es agente del designio divino. . [1]

Además de tomar a la Iglesia como tema, está centrado en la Iglesia y toma las enseñanzas de la Iglesia según su propia estimación:

El historiador católico insiste en el carácter sobrenatural de la Iglesia, sus doctrinas, instituciones y normas de vida, en la medida en que se basan en la revelación divina y reconocen la guía continua de la Iglesia por el Espíritu Santo. Todo esto es para él una realidad objetiva, una verdad cierta y el único fundamento del verdadero pragmatismo científico de la historia eclesiástica. [1]

Universalidad

El hecho de que hayan ocurrido cismas en la historia cristiana está subordinado a la pretensión de universalidad de la Iglesia católica, que no es tratada como una iglesia entre muchas:

El historiador católico no admite que las diversas formas de la religión cristiana puedan tomarse, hablando a grandes rasgos, como un todo conectado, ni las considera en conjunto como otros tantos intentos imperfectos de adaptar las enseñanzas e instituciones de Cristo a las cambiantes circunstancias. necesidades de los tiempos, ni como pasos progresivos hacia una futura unidad superior en la que sólo debemos buscar el ideal perfecto del cristianismo. No hay más que una revelación divina que nos ha dado Cristo, sino una tradición eclesiástica basada en ella; por tanto, puede ser verdadera una sola Iglesia, es decir, la Iglesia en la que se encuentra íntegramente dicha revelación y cuyas instituciones se han desarrollado sobre la base de esta revelación y bajo la guía del Espíritu Santo. [1]

Por otro lado, el efecto de las iglesias fuera de la Iglesia católica se tiene en cuenta en la discusión.

Periodización tradicional

Primer periodo

La fundación de la Iglesia y el desarrollo de normas fijas de vida eclesiástica dentro de los límites de la civilización grecorromana.

Segundo período

La Iglesia como fuerza importante en los nuevos estados románico, alemán y eslavo de Europa, la secesión de la cristiandad oriental de la unidad eclesiástica y el derrocamiento final del imperio bizantino .

Tercer periodo

El colapso de la unidad religiosa entre las naciones de Europa occidental y la reforma desde dentro de la Iglesia católica frente al protestantismo . Inmensa expansión geográfica de la Iglesia, con misioneros en América del Sur, parte de América del Norte y numerosos en Asia y África.

Puntos de inflexión

Algunos consideraron el pontificado de Gregorio Magno en 590, [2] o, [3] más generalmente, el final del siglo VI y mediados del VII como el final del primer período; otros celebraron el Sexto Concilio General en 680, [4] o el sínodo de Trullan de 692, [5] o finales del siglo VII; otros cierran nuevamente el primer período con San Bonifacio , [6] o con los iconoclastas , [7] o con Carlomagno . [8] Para Occidente, Kraus considera el comienzo del siglo VII como el final del primer período; para Oriente, finales del mismo siglo.

De manera similar, a lo largo de la línea divisoria entre el segundo y el tercer período se suceden acontecimientos de gran importancia para la vida eclesiástica: el Renacimiento con su influencia sobre toda la vida intelectual, la conquista de Constantinopla por los turcos, el descubrimiento de América y la nueva era. problemas que la Iglesia tuvo que resolver como consecuencia, la aparición de Lutero y la herejía del protestantismo , el Concilio de Trento con su influencia decisiva en la evolución de la vida interior de la Iglesia. Los historiadores protestantes han considerado la aparición de Lutero como el comienzo del tercer período. Algunos autores católicos (por ejemplo, Kraus) cerraron el segundo período a mediados del siglo XV.

Los autores tampoco coinciden perfectamente en los puntos de inflexión que deben insertarse dentro de los períodos principales. Es cierto que la conversión de Constantino el Grande afectó tan profundamente la vida de la Iglesia que generalmente se acepta que el reinado de este primer emperador cristiano marcó una subdivisión en el primer período. En el segundo período, personalidades especialmente destacadas suelen marcar los límites de las distintas subdivisiones, por ejemplo Carlomagno , Gregorio VII , Bonifacio VIII , aunque esto conduce a una subestimación de otros factores importantes, por ejemplo, el cisma griego , las Cruzadas . Por lo tanto, los escritores recientes suponen otras líneas fronterizas que enfatizan las fuerzas activas en la vida de la Iglesia más que las personalidades prominentes. Al subdividir el tercer período se presenta la misma dificultad. Muchos historiadores consideran la Revolución Francesa de finales del siglo XVIII como un acontecimiento de suficiente importancia como para exigir una nueva época; otros ven una clara línea de época en el Tratado de Westfalia (1648), con el que llegó a su fin la formación de grandes territorios protestantes.

Fuentes

Las fuentes se dividen naturalmente en dos clases:

  1. Restos ( reliquiae, Ueberreste ) o fuentes inmediatas, es decir, aquellas que prueban un hecho directamente, siendo ellas mismas parte o remanente del hecho. A esta clase pertenecen, por ejemplo, las costumbres litúrgicas, las instituciones eclesiásticas, las actas de los papas y los concilios, los productos artísticos, etc.; también monumentos creados para conmemorar acontecimientos, por ejemplo inscripciones.
  2. Tradición o fuentes mediatas, es decir, aquellas que se basan en declaraciones de testigos que comunican un hecho a otros. La tradición puede ser oral (narrativa y leyendas), escrita (escritos de autores particulares) o pictórica (imágenes, estatuas).

Restos

Los restos del pasado de la Iglesia, que dan testimonio directo de hechos históricos, son los siguientes:

  1. Inscripciones, es decir, textos escritos en material duradero, que estaban destinados a perpetuar el conocimiento de ciertos actos o que describen el carácter y propósito de un objeto particular. Las inscripciones cristianas de diferentes épocas y países ahora están accesibles en numerosas colecciones.
  2. Monumentos levantados con fines cristianos, especialmente tumbas, edificios sagrados, monasterios, hospitales para enfermos y peregrinos; Objetos utilizados en la liturgia o devociones privadas.
  3. Liturgias, rituales, particularmente libros litúrgicos de diversos tipos, que alguna vez se utilizaron en el servicio Divino.
  4. Necrologías y libros de cofradía utilizados en las oraciones y servicios públicos por los vivos y los muertos.
  5. Actas papales, Bulas y Breves editados en gran medida en las " Bullaria " papales, " Regesta ", y colecciones especiales eclesiástico-nacionales.
  6. Actas y decretos de concilios generales y de sínodos particulares.
  7. Colecciones de decretos oficiales de congregaciones romanas, obispos y otras autoridades eclesiásticas.
  8. Reglas de fe ( symbola fldei ) redactadas para el uso público de la Iglesia, de las que se han realizado diversas recopilaciones.
  9. Colecciones oficiales de leyes eclesiásticas jurídicamente obligatorias para toda la Iglesia.
  10. Reglas y constituciones de órdenes y congregaciones.
  11. Concordatos entre el poder eclesiástico y el secular.
  12. Las leyes civiles, ya que muchas veces contienen materias relativas a la religión o al interés eclesiástico.

Tradición

Éstas comprenden aquellas fuentes que se basan únicamente en la tradición y que, a diferencia de los restos, no son en sí mismas parte del hecho. Ellos son:

  1. Colecciones de actas de los mártires, de leyendas y vidas de los santos.
  2. Colecciones de vidas de los papas ( Liber Pontificalis ) y de obispos de Iglesias particulares.
  3. Obras de escritores eclesiásticos, que contienen información sobre acontecimientos históricos; hasta cierto punto toda la literatura eclesiástica pertenece a esta categoría.
  4. Obras eclesiástico-históricas, que asumen más o menos el carácter de fuentes, especialmente para la época en que vivieron sus autores.
  5. Representaciones pictóricas (pinturas, esculturas, etc.).

Ciencias auxiliares

Las ciencias auxiliares especiales (por ejemplo, epigrafía, paleografía, numismática) se ocupan de ciertos tipos particulares de las fuentes antes mencionadas.

  1. El estudio de las lenguas de las fuentes , que requiere el uso de léxicos, ya sean generales o especiales (es decir, para la lengua de autores particulares). [9]
  2. Paleografía , una introducción metódica a la lectura y datación de todo tipo de fuentes manuscritas. Fue investigado y formulado científicamente por primera vez por Mabillon , De re diplomacia (París, 1681). [10]
  3. Diplomática , que enseña a examinar críticamente la forma y el contenido de los documentos históricos (por ejemplo, cartas, privilegios), pronunciarse sobre su autenticidad, comprenderlos correctamente y utilizarlos metódicamente. Suele combinarse con la paleografía. [11]
  4. Metodología Histórica , que capacita al estudiante para tratar de manera correcta y crítica todas las fuentes que conoce y combinar los resultados de sus investigaciones en una narrativa metódica. [12]
  5. Bibliografía , ciencia práctica de encontrar rápidamente la literatura relacionada con un tema histórico-eclesiástico determinado. [13]
  6. Cronología : cómo reconocer y fijar con precisión las fechas encontradas en las fuentes. Las primeras investigaciones cronológicas importantes fueron llevadas a cabo por Scaliger ( De emendatione temporum , Jena, 1629-), Petavius ​​( Rationarium temporum , Leyden, 1624; De doctrinâ temporum , Amberes, 1703), y los autores de Art de vérifier les date des faits historiques. (París, 1750-). [14]
  7. Geografía y Estadística Eclesiástica: la primera nos enseña a reconocer los lugares en los que sucedieron los acontecimientos históricos, la otra representa el desarrollo de la Iglesia y el estado actual de sus instituciones expuestos de forma sinóptica, en cuadros con cifras correspondientes, etc. [15]
  8. Epigrafía , guía para la lectura y uso metódico de las inscripciones cristianas en los monumentos. [dieciséis]
  9. Arqueología Cristiana e Historia de las Bellas Artes , desde donde el alumno aprende a estudiar científicamente y a utilizar los monumentos que deben su origen a influencias cristianas.
  10. Numismática , ciencia de las monedas de diversos países y épocas. Dado que no sólo los Papas, sino también numerosos obispos que alguna vez poseyeron el poder secular ejercieron el derecho de acuñar monedas, la numismática pertenece, al menos durante ciertas épocas, a las ciencias auxiliares de la historia de la Iglesia. [17]
  11. Esfragística , o ciencia de los sellos (del griego spragis , un sello). Su objeto es el estudio de los distintos sellos y timbres utilizados en el sellado de cartas y documentos como garantía de su autenticidad. [18]
  12. Heráldica , que enseña al alumno a leer con precisión los escudos de armas, etc., utilizados por los señores eclesiásticos y seculares. Con frecuencia arroja luz sobre la familia de personajes históricos, la época o el carácter de acontecimientos particulares, la historia de los monumentos religiosos. [19]

Historiadores

Los pueblos entre los que se difundió por primera vez el cristianismo poseían una civilización muy desarrollada y una literatura rica en obras históricas. Las crónicas fueron compiladas en el siglo III por Julio Africano y por Hipólito de Roma , de las cuales se conservan algunos fragmentos. Sólo durante el siglo IV aparece la historia eclesiástica propiamente dicha.

Historiadores de la Iglesia durante el Primer Período

Eusebio , obispo de Cesarea en Palestina (fallecido en 340) es llamado el "Padre de la Historia de la Iglesia" y escribió una "Crónica" [20] así como una Historia de la Iglesia . [21] La "Historia de la Iglesia" fue una consecuencia de la "Crónica" y apareció por primera vez en nueve libros; cubrió el tiempo desde la muerte de Cristo hasta las victorias de Constantino y Licinio (312 y 313). Posteriormente, Eusebio añadió un décimo libro, que llevaba la narración de la victoria de Constantino sobre Licinio (323). Intentó exponer de la manera más favorable los sentimientos cristianos del imperial converso Constantino y sus servicios a la Iglesia cristiana, y ha sido criticado por su parcialidad hacia Constantino y su paliación de las faltas de este último. [22] También se ha conservado un breve tratado histórico de Eusebio, "Sobre los mártires de Palestina".

Este importante historiador cristiano encontró varios imitadores en la primera mitad del siglo V, pero sus obras sobreviven parcialmente, si es que sobreviven. Los originales de las dos primeras narraciones generales de la historia eclesiástica después de Eusebio se han perdido, es decir, la "Historia cristiana" del presbítero Felipe de Side , y la "Historia de la Iglesia" del arriano Filostorgio . También se han perdido otras tres historias eclesiásticas tempranas escritas sobre este período: la del presbítero Hesiquio de Jerusalén (fallecido en 433), el apolinarista Timoteo de Berito y Sabino de Heraclea .

Hacia mediados del siglo V, tres escritores continuaron simultáneamente la "Historia de la Iglesia" de Eusebio. Las tres continuaciones nos han llegado. El primero fue escrito por Sócrates Escolástico , un abogado ( scholasticus ) de Constantinopla, quien, en su "Historia de la Iglesia", [23] a la que expresamente (I, 1) llama continuación de la obra de Eusebio, describe en siete libros la período comprendido entre 305 (Abdicación de Diocleciano) y 439. El autor es honesto, muestra perspicacia crítica en el uso de sus fuentes y tiene un estilo claro y sencillo. Después de él, y haciendo uso frecuente de su historia, viene Hermias Sozomenus (o Sozomen), también abogado en Constantinopla, cuya "Historia de la Iglesia" en nueve libros comprende el período de 324 a 425. [24] Ambos escritores son superados por Teodoreto , obispo de Ciro (fallecido hacia 458), quien, en su "Historia de la Iglesia", [25] continuación de la obra de Eusebio, describe en cinco libros el período comprendido entre el comienzo del arrianismo (320) y el comienzo del Problemas nestorianos (428). Además de los escritos de sus predecesores, Sócrates y Sozomeno, también utilizó los del erudito latino Rufino y entretejió muchos documentos en su narrativa. Teodoreto escribió también una Historia de los monjes , [26] en la que expone las vidas de treinta ascetas famosos de Oriente. Al igual que la Historia de los Santos Padres o Historia Lausiaca ", llamada así por un tal Lausus a quien Paladio dedicó el libro , escrita alrededor del año 420, [27] [28] esta obra de Teodoreto es una de las principales fuentes para la historia de El monacato oriental Teodoreto también publicó un "Compendio de falsedades heréticas", es decir, una breve historia de las herejías con una refutación de cada una [29] Junto con el similar Panarion de Epifanio , [30] ofrece material sobre las primeras herejías.

Durante el siglo VI estos historiadores encontraron otros continuadores. Theodorus Lector compiló un breve compendio de las obras de los tres continuadores de Eusebio antes mencionados: Sócrates, Sozomen y Teodoreto. Luego escribió en dos libros una continuación independiente de este resumen hasta el reinado del emperador Justino I (518-27); sólo nos han llegado fragmentos de esta obra. [31] Zacharias Rhetor , primero abogado en Berytus en Fenicia y luego (al menos desde 536) obispo de Mitilene en la isla de Lesbos , compuso, siendo aún laico, una historia eclesiástica, que describe el período de 450 a 491. , pero se centra principalmente en las experiencias personales del autor en Egipto y Palestina. Se conserva una versión siríaca de esta obra como libros III-VI de una historia universal siríaca, mientras que también se conservan algunos capítulos en una versión latina. [32] Aparte de esta historia, su inclinación hacia el monofisismo también es evidente en su biografía del patriarca monofisita, Severo de Antioquía , y en su biografía del monje Isaías, dos obras que se conservan en una versión siríaca. [33] Más importante aún es la "Historia de la Iglesia" de Evagrius Scholasticus , quien murió a finales del siglo VI. Su obra es una continuación de Sócrates, Sozomen y Teodoreto, y trata en seis libros el período comprendido entre 431 y 594. Se basa en buenas fuentes y toma prestado de historiadores profanos, pero en ocasiones Evagrius es demasiado crédulo. Para el nestorianismo y el monofisismo, sin embargo, su trabajo merece una cuidadosa atención. [34]

Entre las crónicas que pertenecen al final de la antigüedad grecorromana, merece especial mención el Chronicon Paschale , llamado así porque el canon pascual o pascual constituye la base de su cronología cristiana. [35] Hacia el año 700 el obispo monofisita Juan de Nikiu (Egipto) compiló una crónica universal; sus notitiae son de gran valor para el siglo VII. Esta crónica se ha conservado en una versión etíope ( Chronique de Jean, évêque de Nikiou , publ. par. H. Zotenberg , París, 1883). Zotenberg cree que la obra fue escrita originalmente en griego y luego traducida; Nöldeke ( Gottinger gelehrte Anzeigen , 1881, 587 ss.) cree que es más probable que el original fuera copto. Cosme alejandrino (el "Viajero indio") preparó una "topografía" cristiana de gran valor para la geografía eclesiástica (ed. Montfaucon, Collectio nova Patrum et Scriptor. græc , II, París, 1706; traducido al inglés por McCrindle, Londres, 1897) . De gran valor también para la geografía eclesiástica son las Notitiae episcopatuum ( Taktika ), o listas de las sedes patriarcales, metropolitanas y episcopales de la Iglesia griega ( Hieroclis Synecdemus et Notitiae graecae episcopatuum , ed. Parthey, Berlín, 1866; Georgii Cyprii Descriptio orbis Romaní , ed. Geizer, Leipzig, 1890). Una colección importante de los primeros historiadores griegos de la Iglesia es la de Henri de Valois en tres volúmenes en folio (París, 1659-1673; mejorada por William Reading , Cambridge, 1720); contiene a Eusebio , Sócrates , Sozomeno , Teodoreto , Evagrio y los fragmentos de Filostorgio y Teodoro Lector .

Los antiguos escritos sirios de interés eclesiástico-histórico son principalmente Actas de los mártires e himnos a los santos ( Acta martyrum et sanctorum , ed. Bedjan, París, 1890-). La Crónica de Edesa , basada en fuentes antiguas, fue escrita en el siglo VI (ed. Assemani , Bibliotheca orientalis , I, 394). En el mismo siglo el obispo monofisita, Juan de Éfeso , escribió una historia de la Iglesia, pero sólo se conserva su tercera parte (571 a 586) (ed. William Cureton , Oxford, 1853; tr., Oxford, 1860). En los anales de Dionisio de Telmera se encuentran extensos extractos de la segunda parte. Su obra abarca los años 583-843 (fragmentos en Assemani, Bibliotheca orientalis , II, 72 ss.). La crónica armenia nativa más importante de carácter eclesiástico-histórico se atribuye a Moisés de Chorene , personaje histórico del siglo V. El autor de la "Historia de la Gran Armenia" se hace llamar Moisés de Chorene y afirma haber vivido en el siglo V y haber sido discípulo del famoso San Mesrop (qv). El autotestimonio del compilador debe rechazarse, ya que la obra utiliza fuentes de los siglos VI y VII, y no se encuentra ningún rastro de ella en la literatura armenia anterior al siglo IX. Probablemente por eso se originó alrededor del siglo VIII. En los manuscritos conocidos la obra contiene tres partes: la Genealogía de la Gran Armenia se extiende hasta la dinastía de los Arsácidas , el Período Medio de nuestra Ascendencia hasta la muerte de San Gregorio el Iluminador , y el Fin de la Historia de nuestro País hasta el caída de los Arsácidas armenios (ed. Amsterdam, 1695; Venecia, 1881; traducción francesa en Langlois, Collection des historiens anciens et modernes de l'Arménie , 2 vols., París, 1867–9). En la Edad Media todavía se conservaba una cuarta parte. El trabajo parece ser en general fiable. La historia antigua, hasta el siglo II o III después de Cristo, se basa en leyendas populares. Otro historiador armenio es Eliseus Vartaped (qv).

Las obras históricas eclesiásticas completas aparecen en el Occidente latino más tarde que en el Oriente griego. Los primeros comienzos de la ciencia histórica se limitan a traducciones con adiciones. Así, San Jerónimo tradujo la Crónica de Eusebio y la continuó hasta el año 378. Al mismo tiempo abrió un campo especial, la historia de la literatura cristiana, en su De viris illustribus ; ( Chrononicon , ed. Schoene, 2 vols., Berlín, 1866–75; De vir. ill. , ed. Richardson, Leipzig, 1896). Alrededor del año 400, Rufino tradujo la Historia de la Iglesia de Eusebio, quien añadió la historia de la Iglesia del 318 al 395 en dos nuevos libros (X y XI). La continuación de Rufino pronto fue traducida al griego. La última edición se encuentra en la colección berlinesa de escritos cristianos griegos mencionada anteriormente en relación con Eusebio. La recensión latina de San Jerónimo de la Crónica de Eusebio fue seguida más tarde por muchas otras crónicas, entre las que se pueden mencionar las obras de Próspero , Idacio , Marcelino, Víctor de Tununum , Mario de Avenches , Isidoro de Sevilla y el Venerable Beda . En Occidente, la primera historia independiente de la revelación y de la Iglesia fue escrita por Sulpicio Severo , quien publicó en 403 su Historia (Chronica) Sacra en dos libros; llega desde el principio del mundo hasta aproximadamente el 400 (PL, XX; ed. Hahn, Viena, 1866). Es un tratado breve y contiene poca información histórica. Un poco más tarde, Orosio escribió su Historia adversus paganos en siete libros: una historia universal desde el punto de vista del apologista cristiano. Comienza con el diluvio y llega hasta el año 416. El propósito de Orosio era refutar la acusación pagana de que las grandes desgracias del Imperio Romano se debían a la victoria del cristianismo (PL, XXXI; ed. Zangemeister, Viena, 1882). Con el mismo fin a la vista, pero con una concepción mucho más grandiosa y elevada, San Agustín escribió su famoso De civitate Dei , compuesto entre 413 y 428, y publicado en secciones. Es una filosofía apologética de la historia desde el punto de vista de la revelación divina. La obra es importante para la historia de la Iglesia debido a sus numerosas digresiones históricas y arqueológicas (ed. Dombart, 2. ed., Leipzig, 1877). Hacia mediados del siglo VI, Casiodoro hizo que las obras de Sócrates, Sozomeno y Teodoreto fueran traducidas al latín, y luego fusionó esta versión en una narración completa bajo el título Historia tripartita.(PL, LXIX-LXX). Junto con las obras de Rufino y Orosio, fue una de las principales fuentes de las que, durante la Edad Media, los pueblos occidentales obtuvieron su conocimiento de la historia de la Iglesia primitiva. Las historias nacionales de algunos pueblos occidentales también contienen material rico para la historia eclesiástica. De la Historia de los godos , escrita por Casiodoro, la única parte que se conserva es un extracto en Jordanis , De origine actibusque Getarum (ed. Mommsen en Mon. Germ. Hist: Auct. antiquissimi , V., Berlín, 1882). Especialmente importante es la Historia de los francos en diez libros de Gregorio de Tours , que llega hasta 591 (ed. Arndt, Mon. Germ. Hist: Scriptores rerum Meroving , I, Hannover, 1884-5). Gregorio escribió también un Liber de vitâ Patrum , una obra titulada In gloriâ martyrum , y el libro De virtutibus (es decir, milagros) S. Juliani y De virtutibus S. Martini (ed. cit., pt. II, ad. Krusch). A principios del siglo VII, San Isidoro de Sevilla compuso una Crónica de los godos occidentales ( Historia de regibus Gothorum, Vandalorum et Suevorum , ed. Mommsen, Chronica Minora , II, 241–303). Mommsen editó varias otras crónicas similares, del siglo IV al VII, en los Monumenta Germaniae Historica : Auctores Antiquissimi bajo el título de Chronica Minora .

Los historiadores de la Iglesia del Segundo Período

El segundo período de la historia de la Iglesia produjo una copiosa literatura histórica especializada. Sus obras tratan más a menudo de naciones, diócesis y abadías concretas; los antecedentes generales son raros. Además, debido a la posición dominante de la Iglesia entre los pueblos occidentales, la historia eclesiástica y secular están en esta época estrechamente entrelazadas.

En Oriente la historia de la Iglesia se identifica casi por completo con la historia de la corte imperial debido a las estrechas relaciones entre el Estado y la Iglesia. Por la misma razón las crónicas bizantinas desde Justiniano el Grande hasta la destrucción del imperio a mediados del siglo XV contienen información sobre la historia de la Iglesia griega. [36] El principal historiador de la iglesia del período bizantino es Nicéforo Calixto , quien floreció a principios del siglo XIV.

Una fuente siríaca importante es la crónica antes mencionada de Dionisio de Telmera. Hacia finales del siglo XII, Michael Kandis , patriarca de los jacobitas (fallecido en 1199), escribió una crónica desde la creación hasta 1196. Es una fuente importante para la historia de la Iglesia siríaca después del siglo VI, particularmente para la historia de las cruzadas . [37] Otro patriarca de los jacobitas, Gregorio Abulfaragio o Bar-Hebraeus, maphrian (es decir, primado) de la Iglesia siro-jacobita (1266-1286), también escribió una crónica universal en tres partes. Otras obras incluyen la Bibliotheca ( Myriobiblon ) de Focio I de Constantinopla (fallecido en 891), en la que se describen alrededor de 280 autores y se citan pasajes de ellos, [38] y la obra Sobre las herejías de San Juan Damasceno .

A lo largo de este período, Occidente proporcionó abundante material para la historia eclesiástica, pero pocas obras genuinamente históricas. En el siglo IX, Haymo, obispo de Halberstadt (fallecido en 853), se comprometió a escribir una historia eclesiástica de los primeros cuatro siglos, tomando a Rufino como su principal autoridad. [39] Posteriormente, con la ayuda de versiones latinas de Georgius Syncellus, Nicéforo y especialmente de Teófanes, a las que añadió su propio material, el abad romano Anastasio Bibliothecarius (el Bibliotecario) escribió una Historia de la Iglesia hasta la época de León el Armenio. , que murió en 829. [40]

Hacia mediados del siglo XII, Ordericus Vitalis , abad de San Evroul en Normandía, escribió una Historia ecclesiastica en trece libros; llega hasta 1142 y es de especial valor para la historia de Normandía, Inglaterra y las Cruzadas. [41] El dominico Bartolomé de Lucca , llamado también Ptolomæus de Fiadonibus (fallecido en 1327), cubrió un período más largo. Su obra en veinticuatro libros llega hasta 1313 y fue continuada hasta 1361 por Enrique de Diessenhofen. [42] Las Flores Chronicorum seu Catalogus Pontificum Romanorum de Bernard Guidonis , obispo de Lodève (fallecido en 1331), pueden contarse entre las obras sobre la historia general de la Iglesia. [43] La obra histórica más extensa, y relativamente la mejor, durante este período es la Summa Historialis de San Antonino . Se trata de la historia secular y eclesiástica desde la creación hasta 1457.

Las historias nacionales que aparecieron hacia el final del último período (de Casiodoro , Jordanis , Gregorio de Tours ) fueron seguidas por obras similares que narraban la historia de otros pueblos. El Venerable Beda escribió su admirable Historia ecclesiastica gentis Anglorum , que describe en cinco libros la historia de Inglaterra desde la conquista romana hasta el año 731, aunque trata principalmente de los acontecimientos posteriores a la misión de Agustín de Canterbury en el año 596. [44] Paulus Warnefrid (Diaconus) escribió la historia de sus compañeros lombardos ( Historia Langobardorum ) del 568 al 733; sigue siendo la fuente principal de la historia de su pueblo. Un escritor desconocido la continuó hasta el año 774, y en el siglo IX el monje Erchembert añadió la historia de los lombardos de Beneventum hasta el año 889. [45] Paulo escribió también una historia de los obispos de Metz ( Gesta episcoporum Mettensium , ad. en Mon. Germen. Hist: Script. , II) y otras obras históricas. El norte escandinavo encontró su historiador eclesiástico en Adán de Bremen ; Abarca el período comprendido entre 788 y 1072, y su obra es de especial importancia para la historia de la Diócesis de Hamburgo-Bremen . [46] Flodoard (fallecido en 966) escribió la historia de la Arquidiócesis de Reims ( Historia ecclesiæ Remensis ) hacia 948, una fuente muy importante para la historia de la Iglesia de Francia hasta ese momento. [47]

La historia eclesiástica del norte de Alemania fue descrita por Albert Crantz , canónigo de Hamburgo (fallecido en 1517), en su Metropolis o Historia de ecclesiis sub Carolo Magno in Saxoniâ instauratis (es decir, de 780 a 1504; Frankfort, 1576 y reimpreso con frecuencia). Entre las obras históricas especiales de este período de la Iglesia occidental se encuentra el Liber Pontificalis , una importante colección de biografías papales que adquieren mayores proporciones después del siglo IV, son ocasionalmente muy extensas en los siglos VIII y IX y, a través de varias continuaciones, llegan hasta la muerte del Papa Martín V en 1431. [48] Las crónicas, anales y biografías alemanas, italianas, francesas e inglesas de esta época son muy numerosas. [49]

Los historiadores de la Iglesia del Tercer Período

Con el siglo XVI comenzó una nueva época para la historia eclesiástica: la crítica histórica iba de la mano con el crecimiento de la educación humanista. Se examinó la autenticidad de las fuentes de los acontecimientos históricos.

Las controversias religiosas que siguieron al surgimiento del protestantismo también fueron un incentivo para el estudio histórico. La imprenta hizo posible una rápida distribución de todo tipo de escritos, de modo que las fuentes de la historia de la iglesia pronto fueron conocidas y estudiadas en los círculos más amplios, y nuevas obras sobre la historia de la iglesia pudieron circular en todas direcciones.

Desde mediados del siglo XVI hasta mediados del siglo XVII

La primera obra importante sobre la historia de la Iglesia que apareció en este período se compuso en interés del luteranismo . Mathias Flacius , llamado Illyricus (natural de Iliria), se unió con otros cinco luteranos ( John Wigand , Mathias Judex, Basilius Faber , Andreas Corvinus y Thomas Holzschuher), para producir una obra extensa, que debía exhibir la historia de la Iglesia como una disculpa convincente por el luteranismo estricto. (Ver Centuriadores de Magdeburgo .) En Centuriæ , una obra partidista, las instituciones de la Iglesia Romana aparecen como obras de Satanás y las tinieblas. Provocó refutaciones católicas, particularmente la de César Baronio . Instado por Felipe Neri , emprendió en 1568 la tarea de producir una historia eclesiástica, que llevó hasta finales del siglo XII y publicó con el título Annales ecclesiastici (12 vols., Roma, 1588-1607). Luego aparecieron numerosas ediciones y continuaciones del mismo.

Desde mediados del siglo XVII hasta finales del siglo XVIII

historiadores de la iglesia católica

Desde mediados del siglo XVII, los escritores franceses participaron activamente en la investigación histórico-eclesiástica. Los escritos de los Padres de la Iglesia y otras fuentes antiguas se publicaron en mejores ediciones y se cultivaron bien las ciencias auxiliares de la historia. Antoine Godeau , obispo de Vence , escribió una Histoire de l'église que llega hasta el siglo IX (5 vols., París, 1655-1678; aparecieron varias otras ediciones y la obra fue traducida al italiano y al alemán), y al oratoriano Cabassut. para Historia ecclesiastica (Lyon, 1685). Aunque el jesuita Louis Maimbourg no escribió una historia eclesiástica continua, publicó numerosos tratados (París, 1673-1683): ​​sobre el arrianismo, la iconoclasia, el cisma griego, la lucha entre los papas y los emperadores, el cisma occidental, el luteranismo y el calvinismo.

Entre los principales historiadores eclesiásticos de este período se encuentran: Noël Alexandre (Natalis Alexander), un dominico; Claude Fleury , que escribió una Histoire ecclésiastique en 20 volúmenes, llegando hasta 1414 (París, 1691-1720) como un galicano moderado; y Louis-Sébastien Le Nain de Tillemont . A ellos hay que añadir Bossuet , quien, en su Discours sur l'histoire Universelle (París, 1681), trató la historia de la Iglesia hasta Carlomagno. Su Histoire des variations des églises protestantes (2 vols., París, 1688) describe los cambios que los valdenses, albigenses, wyclifites y husitas, así como Lutero y Calvino, hicieron en las doctrinas fundamentales de la Iglesia católica.

Sus sucesores en el siglo XVIII se comparan desfavorablemente con sus predecesores, en crítica de sus fuentes y en precisión científica. Son dignos de mención los siguientes: François Timoléon de Choisy , Histoire de l'Église (11 vols., París, 1706-23); Bonaventure Racine (jansenista), Abrégé de l'histoire ecclesiastique (13 vols., Colonia, propiamente París, 1762–7); Gabriel Ducreu, Les siècles chrétiens (9 vols., París, 1775; 2.º ad. en 10 vols., París, 1783). La mayor circulación la alcanzó la Histoire de l'Église de Bérault-Bercastel .

Sin embargo, Italia durante este período fue productiva principalmente en arqueología cristiana y departamentos especiales de historia. Los nombres de los cardenales Noris, Bona y Pallavicini, el arzobispo Mansi de Lucca, el bibliotecario vaticano Zacagni, Ferdinando Ughelli , Roncaglia, Bianchini, Muratori, los hermanos Pietro y Girolamo Ballerini, Gallandi y Zaccaria, indican el alcance de las investigaciones históricas realizadas. en Italia durante el siglo XVIII. Entre las historias generales de la Iglesia se encuentra la Storia Ecclesiastica del dominico Giuseppe Agostino Orsi . El oratoriano Sacarelli emprendió una historia de la iglesia de proporciones igualmente vastas. Una tercera obra, de carácter aún más completo y que se remonta a principios del siglo XVIII, fue escrita por el dominico francés Hyacinthe Graveson, residente en Italia, Historia ecclesiastica variis colloquiia digesta (12 vols., Roma, 1717-). Mansi lo continuó en dos volúmenes hasta 1760. Los compendios de historia general de la Iglesia, ampliamente leídos, fueron escritos por el agustino Lorenzo Berti ( Breviarium historiæ ecclesiasticæ , Pisa y Turín, 1761-8), quien también escribió tres volúmenes de Dissertationes historicæ (Florencia, 1753–6); Carlo Sigonio trató los tres primeros siglos (2 vols., Milán, 1758), y Giuseppe Zola , trata el mismo período en su Commentarium de rebus ecclesiasticis (3 vols., Pavía, 1780-), y también escribió el comentario Prolegomena. de rebus eccl. (3 vols., Pavía, 1779).

En España, el agustino Enrique Flórez inició en este período una obra monumental sobre la historia eclesiástica de España, España sagrada , que a la muerte del autor en 1773 había alcanzado su vigésimo noveno volumen. Manuel Risco lo continuó hasta el volumen cuarenta y dos y, desde su muerte, se ha llevado aún más cerca de su finalización, apareciendo el volumen cincuenta y uno en 1886. Algunas obras especiales aparecieron en Alemania, monografías de diócesis y monasterios particulares, pero La historia general de la Iglesia no se cultivó hasta que José II ejecutó su reforma de los estudios teológicos. Entre ellos se encuentran Institutiones historiæ ecclesiasticæ de Lumper (Viena, 1790); las Institutiones historiæ eccl. de Dannenmeyer (2 vols., Viena, 1788), relativamente el mejor; la historia de la sinopsis. religioso. et eccles. Cristo. de Royko (Praga, 1785); la historia del epítome. etc. de Gmeiner (2 vols., Gratz, 1787–1803) y obras similares de Wolf, Schmalzfuss, Stöger, Becker. Los Países Bajos produjeron compendios, por ejemplo, los de Mutsaerts (2 vols., Amberes, 1822), Rosweyde (2 vols., Amberes, 1622), M. Chefneux ( Eccl. Cathol. speculum Chronographicum , 3 vols., Lieja, 1666-1670 ). ).

Historiadores de la Iglesia protestante

Pasó algún tiempo después de la publicación de los Siglos de Magdeburgo (véase más arriba) antes de que los eruditos protestantes volvieran a emprender un extenso trabajo independiente en el ámbito de la historia de la iglesia. Su división en reformados y luteranos, por un lado, y las disputas internas entre los luteranos, por el otro, fueron distracciones. Cuando volvió a surgir la erudición protestante, las Iglesias Reformadas tomaron la iniciativa y la mantuvieron hasta el siglo XVIII. Esto fue cierto no sólo en el ámbito de la historia especial, en el que publicaron publicaciones importantes (por ejemplo, Antiquitates ecclesiasticæ de Bingham , 1722; las obras de Grabe, Beveridge, Blondel, Daillé, Saumaise, Usher, Pearson, Dodwell, etc.), sino también en el de la historia general de la iglesia. Entre estos escritores se encuentran: Johann Heinrich Hottinger , cuya Historia ecclesiastica Novi Test. (9 vols., Hannover, 1655-1667) es hostil a la Iglesia católica; Jacques Basnage , el oponente de Bossuet ( Histoire de l'Église depuis Jésus-Christ jusqu'à présent , Rotterdam, 1699); Antoine Basnage, oponente de Baronio ( Annales politico-eccles. 3 vols., Rotterdam, 1706), y Spanheim ( Introducción ad hist. et antiquit. sacr. , Leyden, 1687; Historia ecclesiastica , Leyden, 1701). Las Iglesias Reformadas produjeron además una serie de manuales de historia de la iglesia, por ejemplo Turettini, Hist. eclesias. compendio (Halle, 1750); Venema, Instituto. historia. etc. (5 volúmenes, Leyden, 1777); Jablonski, Instituto. historia. etc. (2 vols., Francfort, 1753). En Inglaterra aparecieron manuales protestantes similares, por ejemplo, Milner, History of the Church of Christ (4 vols., Londres, 1794); Murray History of Religion (4 vols., Londres, 1794) y Priestley, History of the Christian Church .

En el siglo XVII, los luteranos elaboraron un Compendio histórico. etc. por Seckendorf y Bockler (Gotha, 1670–6). Pero una nueva era en la historiografía eclesiástica luterana data de Unparteiische Kirchen- und Ketzerhistorie de Arnold (2 vols., Frankfort am M., 1699). Este autor pietista es amigo de todas las sectas, pero hostil a la Iglesia católica y al luteranismo ortodoxo. Más tranquila es la Introductio in memorabilia ecclesiastica historiæ sacræ Novi Test de Eberhard Weissmann . (2 vols., Tubinga, 1718). Los escritos históricos latinos de Joh. Señor. Mosheim , en particular su De rebus christ. ante Constantinum Magnum (Helmstadt, 1753) e Institutiones histor. eclesias. antiquioris et Recentioris (Helmstadt, 1755), tratan a la Iglesia como una institución de origen secular. Sus Institutiones fueron traducidas al alemán y continuadas por dos de sus alumnos, J. von Einem y Rud. Schlegel (Leipzig, 1769-; Heilbronn, 1770-). Se lograron mayores avances en las obras de Pfaff, canciller de Tubinga ( Institutes histor. eccl. , Tübingen, 1721), de Baumgarten ( Auszug der Kirchengeschichte , 3 vols., Halle, 1743-), Pertsch ( Versuch einer Kirchengeschichte , 5 vols. , Leipzig, 1736-), Cotta ( Versuch einer ausführlichen Kirchenhistorie des neuen Testamentes , 3 vols., Tubinga, 1768–73). Los dos Walchs-Joh escribieron obras especializadas. Georg Walch publicó Eine Geschichte der Reigionsstreitigkeiten Innerhalb und ausserhalb der evangelisch-lutherischen Kirche en dos partes, cada una de las cuales comprende cinco volúmenes (Jena, 1733-179), mientras que su hijo Christian Wilhelm publicó un extenso ketzergeschichte , cuyo undécimo volumen llega hasta los iconoclastas (Leipzig, 1762–85). Este último también escribió un Religionsgeschichte der neuesten Zeit , comenzando con Clemente XIV (al que Planck añadió tres volúmenes), una Historie der Kirchenversammlungen (Leipzig, 1759) y un Historic der röm. Päpste (Gotinga, 1758).

La principal obra luterana sobre la historia general de la Iglesia es la de J. Mathias Schröckh, alumno de Mosheim y profesor en Wittenberg: Christliche Kirchengeschichte bis zur Reformation en treinta y cinco volúmenes (Leipzig, 1768-1803), continuado como Kirchengeschichte seit der Reformation. en ocho volúmenes (Leipzig, 1803–8), a los que Tzschirmer añadió otros dos (1810–12). La obra completa consta de cuarenta y cinco volúmenes y finaliza a principios del siglo XIX. Las obras de Johannes Salomon Semler fueron sus Historiæ eccles. selecta capita (3 vols., Halle 1767-), Versuch eines fruchtbaren Auszuges der kirchengeschichte (3 partes, Halle, 1778) y Versuch christlicher Jahrbücber (2 partes, Halle, 1782). La mayoría de sus contemporáneos escribieron la historia de la iglesia como una crónica de escándalos ( Scandalchronik ): superstición, fanatismo y pasión humana. Este espíritu es especialmente característico de Spittler, Grundriss der Gesch. der christl. Kirche " y Henke, Allgem. Geschichte der chr. K.

El siglo 19

El romanticismo condujo a una apreciación del mundo católico medieval, mientras que en todos los sectores del conocimiento parecía haber un deseo de ser objetivos en los juicios. Las fuentes de la historia eclesiástica se estudiaron mediante la crítica histórica.

Historiadores eclesiásticos católicos

Fue en la Alemania católica donde estos cambios se notaron por primera vez, particularmente en la obra del converso, el conde Leopold von Stolberg. Su Geschichte der Religion Jesu Christi se publicó en quince volúmenes, los primeros cuatro de los cuales contienen la historia del Antiguo Testamento y llegan hasta el año 430. De manera similar, el menos importante Geschichte der christlichen Kirche (9 vols., Ravensburg, 1824-1834) de Locherer, bastante acrítico y mostrando la influencia de Schröckh, quedó inacabado y sólo llega hasta 1073. El excelente Geschichte der christlichen Kirche de J. Othmar von Rauschen también está incompleto. Hortig, profesor de Landshut, inició un útil compendio, de carácter serio y científico, el Handbuch der christlichen Kirchengeschichte . Completó dos volúmenes (Landshut, 1821-) y alcanzó la Reforma; Su sucesor Döllinger añadió un tercer volumen, que llevó la obra hasta la Revolución Francesa . Este erudito, que más tarde abandonó la actitud y los principios católicos de sus primeros días, superó a los escritores anteriores. Johann Adam Möhler escribió varias obras históricas especiales y disertaciones de mérito excepcional. Sus conferencias sobre historia general de la Iglesia fueron publicadas después de su muerte por su alumno, el benedictino Pius Gams ( Kirchengeschichte , 3 vols., Ratisbona, 1867).

A estas obras más amplias y que marcaron época deben agregarse varios compendios, algunos de los cuales como Klein ( Historia ecclesiastica , Gratz, 1827), Ruttenstock ( Institutes hist. eccl. , 3 vols., Viena, 1832-4), Cherrier ( Instit . hist. eccl. , 4 vols., Pestini, 1840-), eran simples resúmenes de los hechos; otros, como Ritter ( Handbuch der Kirchengeschichte , 3 vols., Bonn, 1830; 6.ª ed. de Ennen, 1861), y Alzog ( Universalgeschichte der christlichen Kirche , Mains, 1840; 10.ª ed. de FX Kraus , 1882), son extensos. narrativas, críticas y exhaustivas. Períodos o épocas particulares de la historia eclesiástica pronto encontraron un cuidadoso cultivo, por ejemplo, por Riffel, Kirchengeschichte der neuen und neuesten Zeit, vom Anfang der Glaubensspaltung im 16. Jahrhundert (3 vols., Mainz, 1841-6); Joseph Ferdinand Damberger , Synchronistische Geschichte der Kirche und der Welt im Mittelalter (en 15 volúmenes, Ratisbona, 1850-63; el último volumen editado por Rattinger), que llega hasta 1378. Karl Joseph Hefele es el tercero de los grandes historiadores católicos alemanes; Su valioso Konziliengeschichte es realmente una obra exhaustiva sobre la historia general de la Iglesia. Los primeros siete volúmenes de la obra (Friburgo, 1855-74) llegan hasta 1448. El autor inició una nueva edición (Friburgo, 1873-); Knöpfler lo continuó (vole. V-VII), mientras que Hergenröther (más tarde cardenal) se comprometió a continuar el trabajo y publicó dos volúmenes más (VIII-IX, 1887-90); que llevan la historia de los Concilios hasta la apertura del Concilio de Trento. Hergenröther es el cuarto gran historiador de la iglesia de la Alemania católica. Su Handbuch der allgemeinen Kirchengeschichte (3 vols., Freiburg im B., 1876–80; 3.ª ed., 1884–6; 4.ª ed., revisada por JP Kirsch , 1902 ss.) exhibe una vasta erudición y ganó reconocimiento, incluso entre los protestantes. como la historia de la Iglesia Católica más independiente e instructiva.

En los últimos años, Brück, Krause Funk, Knöpfler, Marx y Weiss han escrito compendios más pequeños pero académicos. Numerosas publicaciones periódicas de carácter científico dan testimonio de la vigorosa actividad que se desarrolla actualmente en el campo de la historia eclesiástica, por ejemplo el Kirchengeschichtliche Studien (Münster), el Quellen und Forschungen aus dem Gebiet der Geschichte (Paderborn), el Forschungen zur christlichen Literatur- und Dogmengeschichte (Mainz y Paderborn), el Seminario Veröffentlichungen aus dem kirchenhistorischen München .

Francia

En Francia, el estudio de la historia de la Iglesia tardó mucho en alcanzar el alto nivel que alcanzó en el siglo XVII. Aparecieron dos narraciones extensas de la historia general de la iglesia. La de René François Rohrbacher es la mejor, Histoire Universelle de l'Église Catholique (Nancy, 1842-9). Muestra poca investigación independiente, pero es un trabajo ejecutado diligentemente, y el autor hizo un uso generoso y hábil de la mejor y más reciente literatura (nueva edición con continuación de Guillaume, París, 1877). La segunda obra es de Darras (qv). En los últimos años, la ciencia de la historia eclesiástica ha logrado grandes avances en Francia, tanto en términos de crítica genuina como de narrativa académica exhaustiva. La tendencia crítica, suscitada y sostenida principalmente por Louis Duchesne, continúa floreciendo e inspira obras muy importantes, particularmente en historia eclesiástica especial. Entre los escritos de Duchesne merece especial mención la Histoire ancienne de l'Église (2 vols., ya publicada, París, 1906-). Otra publicación importante es la Bibliothèque de l'enseignement de l'histoire ecclésiastique, una serie de monografías de diferentes autores, de las que hasta el momento han aparecido catorce volúmenes (París, 1896-), y algunas han pasado por varias ediciones. Un manual muy útil es la Histoire de l'Église de Marion (París, 1906).

Bélgica

El bollandista de Smedt escribió una Introductio generalis en Historiam ecclesiasticam critice tractandam (Lovaina, 1876). Wouters publicó un manual de historia de la iglesia ( Compendium hist. eccl. , 3 vols., Lovaina, 1874), quien también escribió Dissertationes in selecta capita hist. etc. (6 vols. Lovaina, 1868-1872). Josef Andreas Jungmann abordó la historia general de la Iglesia hasta finales del siglo XVIII en sus Dissertationes selectæ in historiam ecclesiasticam . El carácter de los estudios histórico-eclesiásticos en Lovaina se ve en la Revue d'Histoire Ecclésiastique editada por Cauchie y Ladeuze .

Italia

En Italia aparecieron algunos manuales de historia de la iglesia, por ejemplo Delsignore, Institutiones histor. eclesias. , editado por Tissani (4 vols., Roma, 1837–46); Palma, Prælectiones hist. etc. (4 vols., Roma, 1838–46); Prezziner, Storia della Chiesa (9 vols., Florencia, 1822-); Ign. Mozzoni, Prolegomena alla storia universale della chiesa (Florencia, 1861) y Tavole cronologiche critiche della storia universale della chiesa (Venecia 1856-). Balan publicó como continuación de la historia eclesiástica universal de Rohrbacher la Storia della chiesa dall' anno 1846 sino ai giorni nostri (3 vols., Turín, 1886). Se produjeron obras especiales de gran valor en varios departamentos, sobre todo de Giovanni Battista de Rossi en arqueología cristiana. Sin embargo, ciertas obras recientes sobre la historia general de la Iglesia—por ejemplo, Amelli, Storia della chiesa (2 vols., Milán, 1877); Taglialatelá, Lezioni di storia eccles. e di archeologia cristiana (4 vols., Nápoles, 1897); Pighi, Inst. historia. etc. , I (Verona, 1901), no llego al estándar actual, en cualquier caso, desde el punto de vista del tratamiento metódico y crítico.

España

La historia eclesiástica de España inspiró dos obras importantes, una de Villanueva ( Viage literario a las iglesias de España , Madrid, 1803–21; 1850–2), la otra de de la Fuente ( Historia ecclesiastica de España , 2ª ed., 2). vols., Madrid, 1873-5). En el campo de la historia general sólo apareció Historia ecclesiastica o tratado de la Iglesia de Jesu Christo (12 vols., Madrid, 1793-1803, 2.ª ed. 1807), de Amat, obra no muy completa. Juan Manuel de Berriozobal escribió Historia de la Iglesia en sus primos siglos (4 vols., Madrid, 1867). El dominico Francisco Rivaz y Madrazo publicó un manual ( Curso de historia eclesiástica , 3 vols., 3.ª ed., Madrid, 1905).

Países Bajos

El primer manual científico católico de historia de la iglesia en holandés fue escrito por Albers ( Handboek der algemeene Kerkgeschiedenis , 2 vols., Nijmegen, 1905–7; 2ª ed., 1908).

Inglaterra

La historia eclesiástica especial puede señalar multitud de obras inglesas. [50]

Escocia

Un breve relato católico general de la historia de la Iglesia en Escocia es el de T. Walsh, History of the Catholic Church in Scotland (1876). La de Alphons Bellesheim tiene una bibliografía completa, traducida al inglés por Hunter-Blair, History of the Catholic Church in Scotland (4 vols., Londres, 1887, ss.). Una obra no católica es History of the Kirk de Calderwood (8 vols., Edimburgo, 1842).

Irlanda

La primera obra católica importante sobre la historia eclesiástica general de Irlanda fue la de Lanigan, Ecclesiastical History of Ireland (4 vols., 2.ª ed., Dublín, 1829), que se extiende sólo hasta principios del siglo XIII. Una obra de un solo volumen es la del franciscano Michael John Brenan , Ecclesiastical History of Ireland (2.ª edición, Dublín, 1864). [51]

Estados Unidos

Una obra documental erudita es la de John Gilmary Shea , History of the Catholic Church in the United States (4 vols., Nueva York, 1886). O'Gorman, A History of the Roman Catholic Church in the United States (Nueva York, 1895), contiene una bibliografía útil.

Australia

Para Australia, véase la Historia de la Iglesia Católica en Australasia del cardenal Moran (Sydney, 1896).

Historiadores de la Iglesia protestante

Entre los protestantes, la historia de la Iglesia fue cultivada principalmente por los luteranos alemanes; sus obras llegaron a tener autoridad entre los no católicos. [52]

Otra escuela protestante simpatiza más con las opiniones de Semler. Sus primeros líderes fueron la llamada "Escuela Neo-Tübingen" bajo Johann Christian Baur, cuyos escritos histórico-eclesiásticos son directamente anticristianos: Das Christentum und die Kirche der drei ersten Jahrhunderte (Tübingen, 1853); Die christliche Kirche vom 4. bis zum 6. Jahrhundert (Tübingen, 1859); Die christliche Kirche des Mittelalters (Tübingen, 1860); Die neuere Zeit (Tübingen, 1861–3); Das neunzehnte Jahrhundert (Tübingen, 1863-1873). El propio Baur y sus partidarios racionalistas, Schwegler, Ritsçhl, Rothe, escribieron también obras especiales sobre los orígenes de la Iglesia. La Allgemeine Kirchengeschichte de Gfrörer (7 partes, Stuttgart, 1841), escrita antes de su conversión, es producto de este espíritu. Aunque constantemente atacada, esta escuela, cuyo principal representante era Adolf Harnack , predominó en el protestantismo alemán. Möller, en su Lehrbuch der Kirchengeschichte escribe con moderación; de manera similar, Müller  [de] en su Kirchengeschichte (Tübingen, 1892, ss.).

También en el siglo XIX los reformados (ver arriba) produjeron menos en el ámbito de la historia general de la iglesia que los luteranos. [53]

W. Stephens y W. Hunt editaron una importante historia eclesiástica general producida por eruditos anglicanos: Una historia de la Iglesia inglesa por varios escritores (Hunt, Stephens, Capes, Gairdner, Hutton, Overton). [54]

Escritores ortodoxos griegos

Los escritores ortodoxos griegos produjeron dos obras de historia general de la Iglesia: la Historia Ekklesiastike de Diomedes Kyriakus (2 vols., Atenas, 1882) y la Ekklesiastike historia apo Iesou Christou mechri ton kath hemas cronon de Filaretes Bapheides (Constantinopla, 1884–).

Ver también

Notas

  1. ^ abcde Kirsch, Johann Peter (1910), Historia eclesiástica, Nuevo Advenimiento
  2. ^ Neander , Jacobi  [de] , Baur , etc.
  3. ^ Möller, Karl  Müller
  4. ^ Döllinger Kurtz
  5. ^ Alzog , Hergenröther , von Funk , Knöpfler
  6. ^ Ritter , Niedner
  7. ^ Johann Karl Ludwig Gieseler , Johann Adam Möhler
  8. ^ Hefele , Hase , Weingarten
  9. Entre los léxicos o glosarios generales se encuentran: Du Fresne du Cange , "Glossarium ad scriptores mediae et infimae graecitatis" (2 vols., Lyon, 1688); Du Fresne du Cange, "Glossarium ad scriptores mediae et infimae latinitatis"; Forcellini , "Lexicon totius latinitatis" (Padua, 1771, reimpreso con frecuencia). "Thesaurus linguae latinae" (iniciado en Leipzig, 1900)
  10. ^ La literatura sobre este tema se encuentra en los manuales de de Wailly , "Elements de Paléographie" (2 vols., París, 1838); Wattenbach , "Latein. Paläog". (4ª ed., Leipzig, 1886) y "Schriftwesen im Mittelalter" (3ª ed., Leipzig, 1896); EM Thompson , "Handbook of Greek and Latin Paleography" (2ª ed., Londres, 1894); Prou , "Manuel de Paléographie latine et française" (París, 1904); Chassant, "Paléographie des chartes et des manuscrits" (8ª ed., París, 1885); Reusens , "Elementos de paléogr". (Lovaina, 1899); Paoli , "Paleografia" (3 vols., Florencia, 1888-1900). Los gráficos para practicar la lectura de manuscritos medievales fueron editados por: Wattenbach, "Script. graec. specimina" (3ª ed., Leipzig, 1897); Sickel, "Monum. Graph. Medil aevi" (10 series, 1858-82); Bond, Thompson y Warner, "Facsimiles" (5 series, Londres, 1873-1903); Delisle , "Álbum paleogr". (París, 1887); Arndt y Tangl, "Schrifttafeln" (3 vols., 1904-6); Chroust, "Mon. paleogr". (serie 25, Múnich, 1899-); Steffens, "Latein. Paläogr". (2ª ed., 3 partes, Tréveris, 1907-); Zangemeister y Wattenbach, "Exempla cod. Latin". (1876-9); Sickel y Sybel , "Kaiserurkunden in Abbildungen (1880-91); Pflugk-Harttung, "Chartarum pont. ROM. specimina" (3 partes, 1881-6); Denifle , "Specimina palæographica ab Inn. III ad Urbano. V" (Roma, 1888), una obra muy útil es la de Cappelli , "Dizionario di abbreviature latine ed italiane" (Milán, 1899).
  11. ^ La literatura se puede encontrar en manuales, por ejemplo, Bresslau, "Handbuch der Urkundenlehre für Deutschland und Italien", I (Leipzig, 1889); Giry , "Manuel de diplomatique" (París, 1894). Véase también "Nouveautreatment de diplomatique" (París, 1750-65).
  12. ^ Ver p. Blass , "Hermeneutik und Kritik" en "Handbuch der klassischen Altertumswissenschaft" de Ivan von Müller , I (2ª ed., Munich, 1893); Bernheim , "Lehrbuch der historischen Methode" (3.ª ed., Leipzig, 1903); Bernheim, "Das akademische Studium der Geschichtswissenschaft (2ª ed., Greifswald, 1907); Bernheim, "Einleitung in die Geschichtswissenschaft" en "Sammlung Goschen" (Leipzig, 1906); Zurbonsen, "Anleitung zum wissenschaftlichen Studium der Geschichte nebst Materialien" ( Berlín, 1906); "Grundriss der Geschichtswissenschaft", editado por Al. Meister, I (Leipzig, 1906); " Manuale di metodologia storica" ​​(Florencia ) . , 1904).
  13. ^ La literatura más importante se encuentra en los manuales histórico-eclesiásticos al final de los diversos temas tratados, y se ofrece con especial amplitud en la cuarta edición de Kirchengeschichte de Hergenröther, de JP Kirsch (Friburgo, 1902-9). Entre las obras bibliográficas de especial importancia para la historia eclesiástica hay que nombrar: "Bibliotheca hagiographica latina antiquæ et mediae aetatis", editada por los bolandistas (2 vols., Bruselas, 1898-1901); Potthast , "Bibliotheca historica medii ævi" (2ª ed., 2 vols., Berlín, 1896); Bratke, "Wegweiser zu den Quellen und der Literatur der Kirchengeschichte" (Gotha, 1890); Chevalier , "Répertoire des sources historiques du moyen-âge: I. Bio-Bibliographie" (París, 1877-88, 2.ª ed., 2 vols., París, 1905); "II. Topo-Bibliographie historique" (2 partes, París, 1901-4); Stein, "Manuel de bibliographie generale" (París, 1898); de Smedt , "Introductio generalis ad historiam ecclesiasticam critice tractandam" (Gante 1876); Hurter, "Nomenclator literarius Recentioris theologiae catholicae" (2ª ed., 3 vols., Innsbruck, 1890-4; vol. 4: "Theologia catholica medii aevi", Innsbruck, 1899. Una tercera edición comprende toda la historia eclesiástica, Innsbruck , 1903-). Para la historia de las distintas naciones, ver: Wattenbach, "Deutschlands Geschichtsquellen im Mittelalter bis zur Mitte des 13. Jahrh". (6.ª ed., Berlín, 1894, 7.ª ed. por Dummler , I, Berlín, 1904); Lorenz, "Deutschlands Geschichtsquellen im Mittelalter seit der Mitte des 13. Jahrh". (3ª ed., Berlín, 1886); Dahlmann y Waitz , "Quellenkunde der deutschen Geschichte" (6.ª ed. de Steindorff, Göttingen, 1894); Monod , "Bibliographie de l'histoire de France" (París, 1888); Molinier , "Les sources de l'histoire de France" (6 vols., París 1902); Gross, "Las fuentes y la literatura de la historia inglesa desde los primeros tiempos hasta aproximadamente 1485" (Londres, 1900). Entre las publicaciones bibliográficas que tratan la historia de la Iglesia véanse: "Theologischer Jahresbericht" (desde 1880), en la sección "Kirchengeschichte"; "Jahresberichte der Geschichtswissenschaft" (desde 1878) en la sección "Kirchengeschichte"; "Bibliographie der kirchengeschichtlichen Literatur", en el "Zeitschrift für Kirchengeschichte". Actualmente se encuentra una bibliografía sobre la historia de la Iglesia en la " Revue d'Histoire Ecclésiastique " (Lovaina, desde 1900).
  14. Las obras recientes más importantes son: Ideler , "Handbuch der mathem. u. techn. Chronologie" (Berlín, 1825; 2.ª ed., 1883); De Mas-Latrie , "Trésor de cronologie, d'histoire et de géographie pour l'étude et l'emploi des documents du moyen-âge" (París, 1889); Brinkmeier, "Praktisches Handbuch der historischen Chronologie aller Zeiten und Völker" (2ª ed., Berlín, 1882); Rühl, "Chronologie des Mittelalters und der Neuzeit" (Berlín, 1897); Lersch, "Einleitung in die Chronologie" (Friburgo, 1899); Grotefend , "Zeitrechnung des deutschen Mittelalters und den Neuzeit" (Hannover, 1891-8); Cappelli, "Cronologia e calendario perpetuo" (Milán, 1906); Ginzel, "Handbuch den mathemat. und technischen Chronologie. Das Zeitrechnungswesen den Völker", I (Leipzig, 1906).
  15. Obras importantes de este tipo son: Le Quien , "Oriens christianus" (3 vols., París, 1740); Morcelli, "Africa christiana" (2 vols., Brescia, 1816); Toulotte, "Géographie de l'Afrique chrétienne" (París, 1892-4); Ughelli , "Italia sacra" (2ª ed., 10 vols., Venecia, 1717-22); "Gallia Christiana" de Claude Robert (París, 1626), de Denis de Sainte-Marthe y otros (nuevas ediciones, 16 vols., París, 1715-); Böttcher, "Germainia sacra" (2 vols., Leipzig, 1874); Neher, "Kirchliche Geographie und Statistik" (3 vols., Ratisbona, 1864-8); Neher, "Conspectus hierarchiæ catholicæ" (Ratisbona, 1895); Silbernagl, "Verfassung und gegenwärtiger Bestand sämtlicher Kirchen des Orients" (2ª ed., Munich, 1904); Baumgarten, "Die katholische Kirche unserer Zeit und ihre Diener", III (Múnich, 1902, 2.ª ed., vol. II, Múnich, 1907); Gams, "Series episcoporum ecclesiae catholicae" (Ratisbona, 1873; Supplem, 1879 y 1886), continuado por Eubel , "Hierarchia catholica medii aevi", I-II (Münster, 1898-1901); Spruner y Menke, "Historischer Handatlas" (3ª ed., Gotha, 1880); Werner, "Katholischer Kirchenatlas" (Freiburg im Br., 1888); Werner, "Katholischer Missionsatlas" (2ª ed., Freiburg im Br., 1885); (Londres, 1883; Heussi y Mulert, "Atlas zur Kirchengeschichte" (Tübingen, 1905); véanse también los directorios católicos anuales de varias naciones (Inglaterra, Irlanda, Escocia, Australia, etc.) y el nuevo "Dictionnaire d'Hist" . et de Géog. ecclés.", editado por Baudrillart , Vogt y Rouziès (París, 1909-).
  16. ^ Los trabajos sobre esta ciencia son: Larfeld, "Griechische Epigraphik" y Hübner, "Römische Epigraphik", ambos en "Handbuch der klassischen Altertumskunde" de Ivan von Müller , I (2ª ed., Munich, 1892); Reinash, "Traité d'épigraphie grecque" (París, 1886); Cagnat, "Cours d'épigraphie latine" (3ª ed., París, 1898); De Rossi , "Inscriptiones christianae urbis Romae" I y II, "Introductio" (Roma, 1861-88); Le Blant , "L'épigraphie chrétienne en Gaule et dans l'Afrique romaine" (París, 1890); Le Blant, "Paléographie des inscriptions latines de la fin du III au VII siècle" (París, 1898); Grisar, "Le iscrizioni cristiane di Roma negli inizi del medio evo" en "Analecta Romana" (Roma, 1899).
  17. ^ Véase Bonanni , "Numismata Pontificum Romanorum" (3 vols., Roma, 1699); "Numismata Pontificum Romanorum et aliarum ecclesiarum" (Colonia, 1704); Vignolius, "Antiqui denarii Romanorum Pontificum a Benedicto XI ad Paulum III" (2 vols., Roma, 1709; nueva edición de B. Floravanti, 2 vols., Roma, 1734-8); Scilla, "Breve notizia delle monete pontifie antiche e moderne" (Roma, 1715); Venuti, "Numismata pontificum Romanorum præstantiora a Martino V ad Benedictum XIV" (Roma, 1744); Garampi , "De nummo argenteo Benedicti III dissertatio" (Roma, 1749). Para mayor bibliografía ver von Ebengreuth, "Allgemeine Münzkunde und Geldgeschichte des Mittelalters und den neueren Zeit" (Munich, 1904) y en Engel y Serrure, "Traité de numism. du moyen-âge".
  18. ^ Además de las obras mencionadas anteriormente en Diplomática , véase Pflugk y Harttung, "Specimina selecta chartarum Pontificum Romanorum", parte III, "Bullae" (Stuttgart, 1887); Pflugk y Harttung, "Bullen der Päpste bis zum Ende des XII Jahrh". (Gotha, 1901); Baumgarten, "Aus Kanzlei und Kammer: Bullatores, Taxatores domorum, Cursores" (Friburgo, 1907); Heineccius , "De veteribus Germanorum aliarumque nationum sigillis" (Frankfort, 1719); Grotefend, "Ueber Sphragistik" (Breslau, 1875); Fürst zu Hohenlohe-Waldenburg, "Sphragistische Aphorismen" (Heilbronn, 1882); Ilgen in Meister, "Grundriss der Geschichtswissenschaft", I (Leipzig, 1906).
  19. ^ La literatura sobre esta ciencia es muy extensa. Véase Brend, "Die Hauptstücke der Wappenkunde" (2 vols., Bonn, 1841-9); Brend, "Allgemeine Schriftenkunde der gesammten Wappenwissenschaft"; Seiler, "Geschichte den Heraldik" (Núremberg, 1884); E. von Sacken, "Katechismus der Heraldik" (5ª ed., Leipzig, 1893); Burke , "Encyclopedia of Heraldry" (Londres, 1878); Davies, "Encyclopedia of Armory" (Londres, 1904); Pasini-Frassoni, "Essai d'armorial des papes d'après les manuscrits du Vatican et les monuments publics" (Roma, 1906).
  20. Patrología Graeca , XIX.
  21. ^ Patrología Graeca , XX; edición de Schwartz y Mommsen , 2 vols, en "Die griechischen christlichen Schriftsteller der drei ersten Jahrhunderte", Berlín, 1903-8.
  22. "Vita Constantini" en Patrologia Graeca , XX, 905 ss.; última edición científica. Heikel, "Eusebius' Werke", I, Leipzig, 1902, en "Die griech, christl. Schriftsteller der ersten drei Jahrhunderte".
  23. Patrología Graeca , LXVII, 29-842; ed. Robert Hussey , Oxford, 1853.
  24. Patrología Graeca , LXVII, 834-1630; ed. Robert Hussey , Oxford, 1860
  25. Patrología Graeca , LXXXII, 881-1280; ed. Gaisford , Oxford, 1854.
  26. Patrología Graeca , LXXXII, 1283-1496.
  27. ^ Migne, Patrología Graeca , XXXIV, 995-1278
  28. ^ Butler, "La historia lausiaca de Paladio", Cambridge, 1898.
  29. Patrología Graeca , LXXXIII, 335-556.
  30. ^ Patrología Graeca , XLI-XLII
  31. Patrología Graeca , LXXXVI, I, 165-228.
  32. ^ Laud, "Anecdota Syriaca", Leyden, 1870; Patrología Graeca , LXXV, 1145-78; Ahrens y Krüger, "Die sogennante Kirchengeschichte des Zacharias Rhetor", Leipzig, 1899.
  33. ^ Laud, "Anecdota Syriaca", Leyden, 1870, 346-56, editó la "Vida de Isaías", y Spanuth, Göttingen, 1893, la "Vida de Severus"; cf. Nau en "Revue de l'orient chrétien", 1901, págs. 26-88.
  34. Patrología Graeca , LXXXVI, I, 2415-886; edd. Bidez y Parmentier en "Textos bizantinos" de JB Bury , Londres, 1899.
  35. Patrología Graeca , XCII.
  36. Los más importantes son: la "Cronografía de Theophanes Isaacius " ed. de Boor, 2 vols., Leipzig, 1885; las "Crónicas" de Georgius Syncellus , George Hamartolus , Nicéforo, Patriarca de Constantinopla , Constantino Porphyrogenitus , John Malalas , Procopius , Paulus Silentiarius , las obras de Leo Diaconus , Anna Comnena , Zonaras , Georgius Cedrenus , así como Nicetas Choniates , Georgius Pachymeres , Nicéforo Gregoras y Juan Cantacuzeno . Estas obras históricas bizantinas se publicaron por primera vez en una gran colección en París (1645-1711) bajo el título "Byzantinae historiae Scriptores". Niebuhr, Becker, Dindorf y otros colaboradores ejecutaron una nueva edición, mejor y más completa, en cuarenta volúmenes (Bonn, 1828-78) bajo el título "Corpus Scriptorum historiae Byzantinae". La mayoría de estos escritos también se encuentran en la Patrologia Graeca de Migne .
  37. ^ Esta obra ha sobrevivido en una versión armenia del siglo XIII; Langlois publicó una traducción al francés, "Chronique de Michel le Grand" (Venecia, 1868).
  38. ^ editor. Becker, Berlín, 1834.
  39. ^ "De christianarum rerum memoriâ", ed. Boxhorn, Leyden, 1650; PL, CXVI.
  40. ^ Migne, Patrología Graeca , CVIII.
  41. ^ editor. A. Le Prevost, 5 vols., París, 1838-55.
  42. ^ editor. Muratori, "Scriptores Rerum Italicarum", XI.
  43. ^ Editado parcialmente por Mai, "Spicilegium Romanum", VI; Muratori, "Scriptores Rerum Italicarum", III; Ramo, "Guión. rer. gall.", XXI.
  44. ^ editor. Stevenson, Londres, 1838; ed. Robert Hussey , Oxford, 1846.
  45. ^ editor. Waitz en "Mon. Germ. Hist: Script. rer. Langob. et Ital.", Hannover, 1877.
  46. ^ "Gesta Hamburgensis ecclesiæ Pontificum", ed. Lappenberg en "Mon. Germ. Hist: Script", VII, 276 ss.
  47. ^ "Mon. Germ. Hist. Script.", XIII, 412 ss.
  48. ^ editor. Duchesne, 2 vols., París, 1886-92; ed. Mommsen, I, ampliado hasta 715, Berlín 1898.
  49. Los autores de crónicas más importantes son: Regino de Prüm , Hermannus Contractus , Lamberto de Hersfeld , Otón de Freising , Guillermo de Tiro , Sigeberto de Gemblours . Colecciones importantes, en las que el lector puede encontrar las crónicas y anales de los distintos países cristianos, son las siguientes: para Inglaterra: "Rerum Britannicarum medii ævi Scriptores, or Chronicles and Memorials of Great Britain", I sqq. (Londres, 1858-); para Bélgica: "Collection de Chroniques belges", I sqq. (Bruselas, 1836-); "Collection des chroniqueurs et trouvères belges publ. par l'Académie belge", I sqq. (Bruselas, 1863-); "Recueil de chroniques publié par la Société d'émulation de Bruges " (56 vols., Brujas, 1839-64); para Francia: Bouquet, "Recueil des historiens des Gaules et de la France" (París, 1738-; nueva ed. de L. Delisle, París, 1869-); para Alemania: " Monumenta Germ. historica: Scriptores", I sqq. (Hannover y Berlín, 1826-); para Italia: Muratori, "Rerum Italicarum Scriptores præcipui" (25 vols., Milán, 1723-51); Muratori, "Antiquitates Italicæ medii ævi" (6 vols., Milán, 1738-42); para España: Flórez, "España sagrada" (51 vols., Madrid, 1747-1886); para Austria: "Fontes rerum Austriacarum: Scriptores" (8 vols., Viena, 1855-75); para Polonia: Bielowski, "Monuments Poloniæ historica" ​​(2 vols., Lemberg, 1864-72; continuado por la Academia de Cracovia, III ss., Cracovia, 1878-); "Scriptores rerum polonicarum" (Cracovia, 1873-); para Dinamarca y Suecia: Langebek, "Scriptores rerum Danicarum medii ævi" (9 vols., Copenhague, 1772-8); Fant, "Scriptores rerum Suecicarum medii ævi" (3 vols., Upsala, 1818-76); Rietz, "Scriptores Suecici medii ævi" (3 vols., Lund, 1842). Otras colecciones importantes son: L. d'Achéry, "Spidilegium veterum aliquot scriptorum" (13 vols., París, 1655); Mabillon, "Acts Sanctorum ordinis S. Benedicti" (9 vols., París, 1668); «Actas Sanctorum Bollandistarum» (ver Bollandistas ). La mejor guía de las fuentes de la historia medieval es Potthast, "Bib. hist. medii ævi: Wegweiser durch die Geschichtswerke des europäischen Mittelalters bis 1500" (Berlín, 1896).
  50. ^ Entre las producciones católicas se pueden destacar la "Historia de Inglaterra" de Lingard y su "Historia y antigüedades de la Iglesia anglosajona", que son obras de referencia para la historia eclesiástica inglesa temprana y medieval; "Memorias históricas de los católicos ingleses, irlandeses y escoceses desde la reforma" de Butler (Londres, 1819; con "Memorias suplementarias" de John Milner , Londres, 1820); "Historia de la Iglesia de Inglaterra" de Flanagan (2 vols., Londres, 1850); "Breve visión de la historia de la Iglesia" de Reeve. El período posterior a la Reforma se trata en Charles Dodd , "Church History of England, 1500-1688" (ed. Tierney, 5 vols., Londres, 1839). Otras obras son el "Diccionario bibliográfico de los católicos ingleses desde la Reforma" de Joseph Gillow , "La formación de la cristiandad" de Allies y "Mores Catholici o Ages of Faith" de Digby.
  51. ^ Obras que tratan de épocas y aspectos particulares de la historia irlandesa: Arthur West Haddan y William Stubbs , Councils and Ecclesiastical Documents related to Great Britain and Ireland (Londres, 1873); William Maziere Brady , "La sucesión episcopal en Inglaterra, Escocia e Irlanda, 1400-1873" (Roma, 1876); James Ware y Walter Harris , "Historia de los obispos, antigüedades y escritores de Irlanda" (no católica, 3 vols., Dublín, 1739-1845); Sylvester Malone , "Historia de la Iglesia de Irlanda desde la invasión anglo-normanda hasta la Reforma" (Dublín, 1882); "La vida de los santos irlandeses" de O'Hanlon; Killen, "Historia eclesiástica de Irlanda" (Presbyterian, Londres, 1875). Buenos relatos católicos de la Iglesia irlandesa primitiva son los de Greith (Friburgo, 1867), Moran (Dublín, 1864), Gargan (Dublín, 1864), Salmon (Dublín, 1900). Las opiniones protestantes fueron expuestas por Stokes, "Ireland and the Celtic Church to 1172" (Londres, 1886), Loofs (1882) y Zimmer (1907). Para una buena bibliografía de la historia eclesiástica irlandesa, véase Bellesheim, "Gesch. der kathol. Kirche in Irland" (3 vols., Mains, 1890-).
  52. ^ Planck, el primer historiador eclesiástico protestante importante del siglo XIX, muestra la influencia del racionalismo de la época anterior, pero también muestra más solidez y más sentimiento cristiano tanto en sus obras especiales sobre la historia de la teología protestante como en sus importantes "Geschichte der christlichkirchlichen Gesellschaftsverfassung" (5 vols., Hannover, 1803-9). Neander es superior a él en talento y erudición y, además, sigue creyendo en lo sobrenatural. Su "Allgemeine Geschichte der christlichen Religion und Kirche" (5 vols., Hamburgo, 1825-45) llega hasta finales del siglo XIII; después de su muerte se añadió un sexto volumen (al Concilio de Basilea) (1852). También escribió una historia de la época apostólica, "Geschichte der Pflanzung und Leitung der christlichen Kirche durch die Apostel" (2 vols., Hamburgo, 1832-). A su escuela pertenecen Guericke ("Handbuch der Kirchengeschichte", Halle, 1833; 9.ª ed., Leipzig, 1865-), Jacobi  [de] ( Lehrbuch der Kirchengeschichte , Berlín, 1850), Schaff ("Geschichte der alten Kirche", Leipzig , 1867), Niedner ("Gesch. der christl. Kirche", Leipzig, 1846). Sin embargo, son luteranos más estrictos. Dante sigue un método diferente ("Lehrbuch der Kirchengeschichte", 2 vols., Jena, 1818-26); El texto es breve y condensado, pero está reforzado por extensos extractos de las fuentes. Gieseler sigue un plan similar ("Lehrbuch der Kirchengeschichte", 5 vols., Bonn, 1824-57; Redepenning añadió un sexto volumen del manuscrito del autor). Otros manuales fueron escritos por Engelhardt (3 vols., Erlangen, 1832, con un volumen de fuentes, 1834) y Kurtz ("Lehrbuch der Kirchengeschichte", Mitau, 1849). "Lehrbuch der Kirchengeschichte" de Pirmin August Lindner  [de] (3 vols., Leipzig, 1848-54) es estrictamente luterano; menos parciales son Hasse ("Kirchengeschichte", 3 partes, Leipzig, 1864) y Herzog ("Abriss der gesammten Kirchengeschichte", 3 vols., Erlangen, 1876, ss.). El "Lehrbuch der Kirchengeschichte" y el "Kirchengeschichte" de Hase tienen opiniones moderadas, aunque francamente anticatólicas. Su dicción es elegante y los bocetos de sus personajes están finamente trazados.
  53. Entre los autores alemanes hay que nombrar: Thym, "Historische Entwicklung der Schicksäle der Kirche Christi" (2 vols., Berlín, 1800-); Münscher, "Lehrbuch der christl. Kirchengeschichte" (Marburgo, 1801); Ebrard, "Handbuch der Kirchen- und Dogmengeschichte" (4 vols., Erlangen, 1865-); El más importante de los historiadores de la Iglesia Reformada es Hagenbach, "Kirchengeschichte", que es moderado en su crítica de la Edad Media católica. Entre los historiadores de la Iglesia Reformada de Francia hay que mencionar: Matter, "Histoire du christianisme et de la société chrétienne" (4 vols., Estrasburgo, 1829); Potter "Histoire du christianisme" (8 vols., París, 1856); Etc. Chastel, "Histoire du christianisme depuis son origine jusqu'à nos jours" (5 vols., París, 1881-3); Pressensé, "Histoire des trois premiers siècles"; d'Aubigné, "Histoire de la reformation du 16 me siècle" (París, 1831-). Los Países Bajos produjeron: Hofstede de Groot, "Institutiones histor. eccles". (Groninga, 1835); Royaards, "Compendio hist. eccl. cristo". (Utrecht, 1841-45).
  54. ^ Una historia exhaustiva del período transcurrido desde la Reforma es la de Dixon, "Historia de la Iglesia de Inglaterra desde 1529" (5 vols., 1878-1902). En su "Lollardy and the Reformation in England" (2 vols., Londres, 1908), el Dr. James Gairdner da un relato capaz e imparcial de la génesis de la Reforma en Inglaterra. Una obra muy útil es el "Diccionario de biografía, literatura, sectas y doctrinas cristianas durante los ocho primeros siglos", editado por. William Smith y H. Wace (4 vols., Londres, 1879-). Otros incluyen la "Historia de la Iglesia cristiana" del canónigo James Robertson de Canterbury, que llega hasta 1517; "Church History" de C. Wordsworth (4 vols., Londres, 1885) y "History of the Christian Church" de Schaff (6 vols., Nueva York, 1882-1909). Otras historias protestantes son: "Historia de la Iglesia cristiana, Edad Media" de Charles Hardwick (3.ª ed. de Stubbs, Londres, 1872) y "Reforma" (3.ª ed. de Stubbs, Londres, 1873); "Conferencias sobre la historia de la Iglesia medieval" del francés (Londres, 1877); "Historia del cristianismo latino hasta Nicolás V, 1455" de Milman (edición revisada, Londres, 1866); "Historia de la Iglesia cristiana hasta el final de la Edad Media" de Philip Smith (Nueva York, 1885); "Historia de la Iglesia cristiana" de George P. Fisher (Nueva York, 1887). Justa e imparcial en muchos sentidos es la "Introducción a la historia de la Iglesia de Inglaterra" de Wakeman (3ª ed., Londres, 1907). A éstas se les puede agregar la traducción de James Murdock de los "Institutos" de Mosheim (Nueva York, 1854), y la traducción de Henry B. Smith de la "Historia de la Iglesia" de Gieseler (Nueva York, 1857-80). Para las fuentes de la historia de la Iglesia inglesa en general, véase Gross, "The Sources of English History to 1489" (Nueva York, 1900), y Gardiner y Mullinger, "Introduction to the Study of English History" (última edición, Londres, 1903). ).

Referencias

Atribución