El matrimonio nunca se consumó, y no fue coronada reina consorte.
Su padre se vio influido por Erasmo y siguió una tendencia moderada dentro de la Reforma.
Su hermano Guillermo era un luterano pero la familia no estaba adscrita a una sola tendencia religiosa, pues su madre, la duquesa María, es descrita como una "católica estricta".
El canciller Thomas Cromwell instó al rey a este enlace.
Era hábil en labores de aguja y le gustaba jugar a las cartas.
[3] Era rubia; parecía solemne según las costumbres inglesas y aparentaba más edad de la que tenía.
Holbein la pintó con frente alta, de párpados caídos y una barbilla apuntada.
Enrique y Ana se convirtieron en buenos amigos; ella era un miembro honorífico de la familia del rey, y se referían a ella como "la querida hermana del rey".
Fue invitada a menudo a la corte y, por gratitud al no haber disputado la anulación, Enrique decretó que se le diera precedencia por delante de todas las mujeres de Inglaterra salvo su propia esposa e hijas.
El rey respondió rápidamente a tales sugerencias diciendo que no.
Unos meses más tarde, Ana escribió a María I para felicitarla por su matrimonio con el príncipe Felipe de España.
[7] No obstante, Ana raramente visitaba la corte durante el reinado de María y disfrutaba manejando sus propiedades particulares.
[7] Desde su llegada como novia del rey, Ana nunca dejó Inglaterra: cuando su matrimonio se anuló, sus padres ya habían muerto, y su hermano, protestante estricto, no aprobaba su adhesión al anglicanismo.