Vulcanales
[1][2] Durante las fiestas, se encendían hogueras en honor al dios, donde se arrojaban principalmente peces vivos del Tíber o pequeños animales como un sacrificio para ser consumidos en lugar de los humanos y librarse de los incendios.[5] Este hábito podría reflejar una conexión teológica entre Vulcano y el Sol divinizado.[6] Otra costumbre observada en este día es que se comenzara a trabajar a la luz de una vela, probablemente para propiciar un uso beneficioso del fuego por parte del dios.[9] Vulcano estaba entre los dioses aplacados después del Gran Incendio de Roma en el año 64.Desde entonces, se añadieron un ternero y un jabalí, ambos con pelaje rojo, a los sacrificios realizados en las vulcanales, al menos en esa zona de la ciudad.