En caso de incendio, y normalmente,[1][2][3][4] la mejor reacción es intentar apagar las llamas con rapidez mientras el fuego es todavía manejable.
Hay tiempo para quedarse a intentar apagar el incendio hasta que éste bloquee todas las vías de escape que queden, pues alguna de éstas debe ser utilizada para salir por allí a tiempo.
Localizar, si es posible, el origen del fuego: normalmente circuitos eléctricos, motor, batería, cocina o cualquier material inflamable por cigarrillos.
Cuando un incendio es grande y ha quedado fuera de control, hay que abandonar la embarcación, en el momento adecuado para ello, pero ya prontamente.
No utilizar productos inflamables, como la mayoría de los sprays (aerosoles).A partir de ahí, las principales reacciones consisten en evitar que el fuego se acerque a las zonas inflamables del vehículo (principalmente a combustibles, especialmente en el motor), e intentar apagar ese incendio (leer más arriba acerca de cómo apagar un incendio), normalmente con extintores.
Tales causas pueden ser: Además, existen los incendios provocados intencionalmente, lo cual es un acto de vandalismo y por ello un delito penado con prisión.
Por ello, muchos municipios ofrecen servicios de bomberos para extinguir los posibles incendios rápidamente.