Villa Capra

La construcción, iniciada en 1566, consiste de un edificio cuadrado, completamente simétrico e inscripto en un círculo perfecto (ver planta).

Cada una de las cuatro fachadas presenta un volumen avanzado con una galería (loggia) a la que se accede mediante amplias escalinatas externas.

Para lograr en cada habitación una exposición similar al sol, la planta fue rotada 45 grados respecto de los puntos cardinales.

Palladio pensaba cubrir la sala central con una cúpula semiesférica, pero Scamozzi proyectó una cúpula más baja, con un óculo (que debía ser a cielo abierto) inspirándose en el Panteón romano y aportó otras modificaciones menores al proyecto, como la altura de la escalinata, que permitía un acceso directo del exterior a los locales de servicio sobre el nivel del terreno.

Los Scamozzi agregaron los anexos rústicos externos (la barchessa), separados del cuerpo principal, con destino al desarrollo de las tareas rurales, no previstos en el proyecto original.

El complejo incluye además la capilla familiar, construida por Girolamo Albanese, por voluntad del conde Marcio Capra, entre 1645 y 1663.

El lugar más notable del espacio interno es sin duda la sala central circular, dotada de balcones, que se desarrolla en toda la altura hasta la cúpula.

Goethe, quien varias veces visitó la villa, decía que Palladio había adaptado un templo griego para ser habitado.

Desde los pórticos es posible gozar de la maravillosa vista del campo circundante, dado que no por azar la villa fue proyectada para estar en perfecta armonía con el paisaje.

Aunque la Rotonda pueda parecer completamente simétrica, existen desviaciones proyectadas para que cada fachada fuera el complemento del ambiente y la topografía circundante.

La loggia septentrional está inserta en la colina como remate de una calle vehicular que empieza en la entrada principal.

Corte y planta de la Villa Capra,
tal como aparecen
en I Quattro Libri dell'Architettura ,
publicado por Palladio en 1570.
Planta proyectando las proporciones geométricas.
Interior de la Villa Capra, con frescos de Ludovico Dorigny.
Decoración de la cúpula.
La Rotonda vista desde el camino posterior.