Se encuentra a una altitud de 1116 m sobre el nivel del mar y presenta un clima mediterráneo continental.
Los valles más o menos profundos, con los típicos encajonamientos calizos, están orientados al noreste-suroeste, produciendo un fuerte efecto de umbría y solana.
Los suelos que podemos encontrar, son mediterráneos, pudiéndolos diferenciarlos por su situación, en valles o alturas.
Zonas con alta insolación y orientadas al sur, donde se encuentran bosques de encina (Quercus ilex), con sotobosque de plantas melíferas como el romero, la gayuba (Arctostaphylos uva-ursi L.) y el tomillo.
En suelos más húmedos la encina se mezcla o es sobrepasada por el quejigo.
Este castillo se apoyaba en una serie de fortalezas menores: Torrecuadrada y Torrecuadradilla, Tortonda, y posiblemente Abánades; o tal vez vigilara este castillo, para evitar el paso del Tajuña.
El lugar elegido por Juana para residencia sería el propio Torrecuadrada, y en la población puede aún contemplarse la fachada en ruinas del palacio que mandó construir, de estilo tardorenacentista.
Hacia mediados del siglo XIX, el lugar, por entonces con ayuntamiento propio, tenía contabilizada una población de 92 habitantes.