[1][2][3][4][5] Las dolinas, muy comunes en los macizos calcáreos, pueden estar ocupadas por lagos, como en la región del Adriático en Yugoslavia, la Península Balcánica, los Alpes de Europa central, en Estados Unidos (en Indiana, Kentucky, Tennessee) o en la Península de Yucatán en México, donde se denominan cenotes.
Por lo general, no suelen presentarse en las regiones exclusivamente calcáreas, sino en las constituidas por margas, rocas que están formadas por caliza y arcilla en proporciones variadas.
La terra rossa es, por lo tanto, una arcilla de descalcificación y presenta una gran fertilidad en lo que respecta a su aprovechamiento agrícola.
[7] Al principio todas las dolinas son absorbentes (pierden agua por infiltración), luego ocurre que allá donde la escorrentía transporta arcilla, esta se deposita e impermeabiliza el fondo de la dolina convirtiéndola en un estanque que se llenará después de las lluvias y se desecará lentamente por la evaporación de las aguas.
Por lo general se presenta como un pozo ancho, de fondo más o menos aplanado.