Si bien el término originalmente era específico para compuestos de metabolitos que tenían efectos tóxicos en otros organismos,[1] se ha desarrollado para abarcar cualquier componente, secreción y metabolito de plantas o animales.
[3][4] Además, la transformación y el intercambio de sustancias biogénicas pueden modelarse en el medio ambiente, en particular su transporte por vías fluviales.
[4] Las sustancias biogénicas se han estudiado como parte de la bioquímica marina desde la década de 1960,[6] que ha implicado investigar su producción, transporte y transformación en el agua,[5] y cómo pueden utilizarse en aplicaciones industriales.
Una gran parte de los compuestos biogénicos en el medio marino son producidos por micro y macro algas, incluidas las cianobacterias.
[6] Por sus propiedades antimicrobianas actualmente son objeto de investigación tanto en proyectos industriales, como en pinturas antiincrustantes,[1] o en medicina.
Adicionalmente, en diferentes regiones del estrecho se mantuvieron constantes las sustancias biogénicas con mayor transferencia anual.
Estos fueron O2, DOC y DISi, que normalmente se encuentran en grandes concentraciones en el agua natural.
[11] También es posible que las cadenas de poliisoprenoides se sinteticen estereoselectivamente utilizando catalizadores tales como Al(C2H5)3-VCl3.
[12] Sin embargo, la probabilidad de que estos compuestos estén disponibles en el entorno natural es poco probable.
[4] Se ha descubierto que los metabolitos producidos por las algas marinas tienen muchas propiedades antimicrobianas.
Los productos biogénicos observados incluyen policétidos, amidas, alcaloides, ácidos grasos, indoles y lipopéptidos.
Se necesitan alternativas ambientalmente seguras al TBT (agente antiincrustante a base de estaño) que libera compuestos tóxicos en el agua y el medio ambiente y ha sido prohibido en varios países.
[16] La investigación actual también tiene como objetivo producir estas sustancias biogénicas a nivel comercial utilizando técnicas de ingeniería metabólica.
Al combinar estas técnicas con el diseño de ingeniería bioquímica, las algas y sus sustancias biogénicas se pueden producir a gran escala utilizando fotobiorreactores.
La comparación del material orgánico entre rocas geológicamente antiguas y recientes muestra la conservación de diferentes procesos bioquímicos.
[22] Además, las nanopartículas que se producen pueden ser inestables y no aptas para su uso en el cuerpo.
Este proceso también puede ajustarse aún más manipulando factores como el pH, la temperatura, la dilución del exudado y el origen de la planta para producir diferentes formas de nanopartículas, incluidos triángulos, esferas, varillas y espirales.