A pesar de todo, la nueva constitución no implicó ninguna mejora en esta dirección.
En 1886, una primera petición fue presentada a la Asamblea Federal por un grupo de mujeres dirigidas por Marie Goegg-Pouchoulin.
El mismo año, Émilie Kempin-Spyri reclamó ante el Tribunal Federal su derecho a convertirse en abogada, pero su petición fue rechazada.
[1] En 1894, von Salis organizó reuniones en las principales ciudades suizas sobre el tema del sufragio femenino.
Dos años después, en 1896, se celebró en Ginebra el primer Congreso suizo para los intereses de las mujeres.
Aunque no tenía como objetivo declarado defender el derecho al voto, la exposición contribuyó a ello, según Elisabeth Pletscher, que luchó unos años más tarde para obtener el derecho al voto para las mujeres en el cantón de Appenzell.