Es la primera sierra prepirenaica y se ubica en el noreste de la Comunidad Foral.
Las foces que se forman son las de Burgui, Arbayún, Aspurz y Lumbier.
Se dan estructuras de flysch plegados y bufantes en dirección sur que, en ocasiones, llegan a fallarse.
Las calizas son las que conforman el núcleo de la estructura y resisten la erosión.
El anticlinal principal se sitúa al sur, al este se forman una serie de anticlinales más complicados que llegan a fallarse y a ser cabalgantes.
La vegetación la componen carrascas, sabinas, bojes y hiedras que surgen los diferentes asientos de la paredes.
La proximidad de la sierra al Pirineo y su pertenencia a la cuenca mediterránea hace que se convierta en límite entre ambos sistemas.
En él abunda los tilos, fresnos, arces, serbales, avellanos y olmos.
En las repisas que se forman en las paredes de las foces habitan algunas especies relevantes por su carácter endémico o por su posición biogeográfica extremada, algunas de ellas son la Saxifraga longifolia, la Sarcocapnos enneaphylla, la Saponaria glutinosa y la Petrocoptis hispanica.
En las vertientes del mediodía abundan los encinales, robledales, carrascales y quejigales, mientras que la del norte están cubiertas por pino albar y algunos restos de hayas a las que han sustituido junto al quejigal, esta expansión ha tenido un acicate por la rentabilidad que el pino produce a los habitantes de los pueblos de la zona.
[3] La riqueza natural queda descrita con la sierra, en ella se pueden realizar varios recorridos significativos como la subida al Castellar desde el monasterio de Leyre.
Dejamos esta alternativa para seguir adelante hasta una ruinas de una borda o refugio.