Gypaetus barbatus

En la actualidad se le puede observar en la cordillera Cantábrica (donde ha sido reintroducido gracias a ejemplares oscenses), los Pirineos, los Alpes (donde ha sido reintroducido), norte de África, el Gran Valle del Rift, Sudáfrica, Grecia y desde Anatolia hasta los montes Tian Shan y el Himalaya.Cuando estos son demasiado grandes para poder tragarlos los agarra con sus patas y los deja caer en zonas rocosas para partirlos en fragmentos más pequeños que pueda ingerir.[4]​ No es habitual que el quebrantahuesos emita algún tipo de sonido; si se ve muy amenazado, puede emitir un pequeño silbido, pero habitualmente esta especie se comunica con los ojos y el plumaje de su cabeza.Cuanto más excitado está (ya puede ser por estrés, enfado, o deseo de cópula) más se inflama dicha esclerótica a la vez que eriza todo el plumaje de su cabeza.Además, prefiere buscar también zonas de cuevas, donde pueda nidificar sin ser molestado.La zona de nidificación y alimentación puede ser abandonada si no hay cadáveres en ella, aunque luego retornan con sus capturas.Son sedentarias y se reproducen cada año en un único nido que construyen a la entrada de una cueva o en alguna repisa protegida contra los vientos.Ambos padres se turnan para incubar los huevos durante dos meses y luego continúan haciéndose cargo de los polluelos de forma conjunta, pero no evitan que el polluelo más fuerte acabe matando al débil, como ocurre también en las águilas.Tras 4 meses en el nido, el pollo superviviente madura lo suficiente como para emprender su primer vuelo, pero continúa siendo alimentado por sus padres, a los que ahora acompaña y aprende de ellos a alimentarse por sí mismo.Debido a ello algunas administraciones públicas han puesto en marcha planes para ayudar al mantenimiento de la especie[8]​ A pesar de que algunas de las causas que provocaron la extinción del quebrantahuesos y su declive poblacional prácticamente han desaparecido, son numerosas la amenazas que hoy en día ponen en peligro su supervivencia[9]​.El veneno afecta especialmente a las aves adultas por su mayor experiencia en la localización de pequeños restos durante el ciclo reproductor.Estas agresiones son cada vez menos frecuentes gracias a la protección de las especies y a una mayor concienciación y sensibilidad por parte del colectivo de cazadores, quienes en muchos casos denuncian estas acciones anacrónicas e ilegales que dañan su imagen frente a la sociedad.El quebrantahuesos contaba con una población abundante en toda Andalucía a finales del siglo XIX.
Adulto en pleno vuelo
Los machos jóvenes tienen la cabeza de color negro.
Cabeza de un quebrantahuesos adulto (blanca)