Definen a Shock Séptico ahora como un “subconjunto de la sepsis”, donde las anomalías circulatorias, celulares y metabólicos subyacentes son lo suficientemente importantes para aumentar sustancialmente la mortalidad.
Los términos sepsis y shock séptico con frecuencia se usan sin una definición o distinción clara.
[2] El shock séptico es la sepsis grave con hipotensión persistente a pesar de la reanimación con líquidos y la consiguiente hipoperfusión tisular.
En otras ocasiones el origen puede ser una enfermedad como una pancreatitis aguda (inflamación del páncreas) que desencadena el síndrome de sepsis.
[10] En organismos gram-positivos, se produce esta interacción, ya sea con componentes de la pared celular o exotoxinas liberadas por el microorganismo.
La naturaleza insidiosa de la sepsis es la disfunción en la microcirculación que puede ocurrir mientras los parámetros hemodinámicos generales, como la presión arterial, puede permanecer normal.
Los síntomas de la sepsis por lo general son inespecíficos e incluyen fiebre, escalofríos, rigidez, fatiga, malestar, náuseas, vómitos, dificultad para respirar, ansiedad, o confusión.
Alternativamente, los síntomas clásicos de la inflamación sistémica pueden estar ausentes en la sepsis grave, especialmente en ancianos.
Una palidez cutánea, o piel grisácea, con manchas son signos de mala perfusión tisular común en el choque séptico.
[15] La aparición de petequias o púrpura puede estar asociada con una coagulación intravascular diseminada (DIC) y suelen ser signos ominosos.
El examen físico incluye detalles sobre la fiebre, su inicio (brusca o progresiva), la duración y la temperatura máxima.
La taquicardia es una característica frecuente en pacientes con sepsis y el indicativo de una respuesta sistémica a un estresor.
A medida que aparece la hipoperfusión tisular, aumenta la frecuencia respiratoria con el fin de compensar la acidosis metabólica resultante.
El paciente a menudo se queja de dificultad para respirar o luce ligeramente ansioso.
En muchos casos el paciente requerirá un viaje al quirófano para el drenaje de abscesos o coágulos que se hubieran infectado.
Los trabajos originales sugerían que el rango de glucosa aceptable estaba entre 70 y 110 mg/dl, pero estudios recientes sugieren que la incidencia de hipoglicemia (azúcar baja) es muy alta en estos pacientes y la tendencia tiende a permitir valores un poco más altos (hasta 150 mg/dl).
Las recomendaciones con respecto al uso de esteroides en pacientes con choque séptico continúan cambiando en forma dramática.