Esta festividad atrae cada vez a más gente, con un incremento constante no solo en el número de visitantes sino también en los hermanos que componen las cofradías.
Tanto las hermandades como la diócesis adquirieron múltiples imágenes no solo para decorar las iglesias, también para incrementar la devoción popular y la religiosidad.
Esta época se puede considerar como el establecimiento de la Semana Santa en Toledo, ya que ya había varias cofradías que procesionaban en distintos días, además con el creciente interés por esta festividad en España y la adquisición de nuevos titulares que hacían más rica la representación, la Semana Santa de Toledo vivió una gran época durante este periodo, coincidiendo además con una época de gran prosperidad y poder para el Imperio Español.
Tras el estancamiento en el siglo XIX, se impulsó la creación de nuevas cofradías a principios del siglo XX, creando varias que aún siguen realizando desfile penitencial en la actualidad.
Detrás están los nazarenos que suelen cargar cirios o faroles en señal de penitencia.
En el caso de la Cruz de la guía[3], es una cruz grande, normalmente con dibujos o esculturas y ampliamente elaborada, tiene dos asas para que el hermano la agarre ya que tiene un gran peso.
Es algo muy diferente respecto a otras ciudades como por ejemplo Sevilla, donde los Armaos de la Macarena[6] son una centuria Romana que custodia el paso de la sentencia respresentado cuando Jesucristo era custodiado por romanos.
Cuando el paso va a costal como es el caso del cristo de la humildad o la oración en el huerto del Amparo, son pasos más grandes cargados por un grupo de costaleros, que bajo las trabajaderas[8] del paso son guiados por un capataz, además estos no son vistos mientras que los que lo cargan a hombros si se observar.
Por último, los pasos de virgen son aquello en los que solo hay una dolorosa, con una advocación, además puede ir bajo palio[9] o sin él.
Este día se conmemora la entrada triunfal en Jerusalén de Jesucristo, y los hermanos de la cofradía portan palmas en representación al recibimiento que tuvo Jesús cuando entró en la ciudad santa.
Este día fue en el que ocurrió la última cena con sus apóstoles, la traición de Judas, la oración de Jesús en el huerto y posteriormente su prendimiento que predeciría a su sufrimiento hasta ser crucificado.
No hay representación de la mayoría de los hechos ya que algunos como la caída llevando la Cruz, la flagelación o el momento donde Cristo espera ser crucificado en el calvario están representados en otros días.
Además en la madrugada de este día también salen dos hermandades que se caracterizan por su silencio y su bonito recorrido.