Tras la última restauración (1975) aparecieron interesantes tracerías en la fachada que evocan el goticismo del crucero.
Se descubrió también un relieve visigodo y dos pilastras de la misma época.
Esta diferencia estilística en el alzado se repite en las cubiertas, cuya complejidad es enorme.
El crucero es abovedado, como corresponde a la construcción gótica; la bóveda es de crucería estrellada.
Blasones bien tallados aparecen tanto en los botareles de los contrafuertes góticos como en el centro del ábside.