Rufino José Cuervo

En 1860 Cuervo estudió con don Santiago Pérez, quien introdujo las enseñanzas gramaticales de Andrés Bello en Colombia.

En 1861 ingresó al Colegio Mayor de San Bartolomé para estudiar lógica, pero su permanencia allí fue corta, puesto que la comunidad jesuita fue nuevamente expulsada del país.

A causa de la inestabilidad política y social imperante en Colombia, la educación intelectual de Cuervo no pudo ser continua, coherente y metódica; con todos los claustros clausurados en 1861, su educación llegó a un fin prematuro cuando tenía 17 años.

Para aliviar la mala situación económica por la que atravesaba su familia, Cuervo se dedicó, por un corto tiempo, a la enseñanza.

Según Fernando Antonio Martínez, este trabajo fue considerado por la Real Academia Española una obra magistral y la mejor de su género escrita en castellano.

Caro y Cuervo, las dos figuras más notables de la filología, aparecen aquí unidas en el plan pero distanciadas en el desarrollo.

Como la situación económica empeoraba, Cuervo dejó la enseñanza para dedicarse a trabajar en la fábrica de cerveza que había fundado su hermano Ángel en 1868.

El trabajo se proponía señalar "digámoslo así, con el dedo, las incorrecciones a que más frecuentemente nos deslizamos al hablar y al escribir, y, según el historiador Malcolm Deas, esto se procuraba para aquellos que no disponen del tiempo ni de los elementos para realizar estudios profundos[2]​.

Sin embargo, la obra en la que aparecen los principios históricos aplicados con más clara conciencia es el Diccionario de construcción y régimen.

Según Malcolm Deas, "publicado por primera vez en 1872, este libro había alcanzado su cuarta edición en 1885, algo nunca logrado por ningún otro trabajo local de erudición".

En este último, Cuervo se dio a una tarea de ordenación y redacción más sencilla que en el primero.

Bello fue el primero en estudiar las características del castellano para fijar sus rasgos propios y su índole peculiar.

Con Cuervo, lo que había pasado de anatomía a fisiología, se convirtió en algo superior: en psicología.

Cuervo era minucioso a la hora de evaluar los documentos con base en los cuales sacaba conclusiones, y la elaboración del Diccionario fue lenta.

Envejecido prematuramente, Cuervo podía dedicar a su labor apenas algunos unos minutos de corrido, y debía interrumpirlo con frecuencia.

Allí se encuentra la máscara mortuoria y los libros de contabilidad donde llevaba los registros para su diccionario.

Estos elementos fueron los supuestos teóricos que sostuvieron su tesis de la fragmentación del español en América.

Cuervo, trabajando conforme al método del positivismo, veía en la historia un concepto fecundo, y le daba mucha importancia, puesto que, en cierto modo, los estudios gramaticales de índole descriptiva lo llevaban a explorar y determinar a través del tiempo las variaciones de la lengua, según dice Fernando Martínez.

Cuervo introdujo, con rigor metódico, un principio esencial en torno al problema central del español americano: la corrección idiomática.

A este principio se agregan los conceptos del comparatismo lingüístico de Bopp.

Fachada del Colegio Mayor de San Bartolomé (Bogotá) , a donde Rufino José Cuervo ingresó para estudiar Lógica en 1861.
Retrato de Rufino José Cuervo joven. Tomado de la Revista Santafé y Bogotá .
Portada del libro Apuntaciones críticas sobre el lenguaje bogotano (Chartres, Imprenta de Durand; 1885).
Tumba de Rufino José Cuervo en el cementerio del Père-Lachaise.
Máscara mortuoria de Rufino José Cuervo legada a la Biblioteca Nacional de Colombia
Libro de contabilidad de Marco Fidel Suárez, amanuense de Rufino José Cuervo donado a la Biblioteca Nacional de Colombia . Allí consignaba las entradas para su diccionario.
Monumento en honor a Cuervo en la plazuela Rufino Cuervo , el barrio La Candelaria de Bogotá .